CARTA DE AMAZONAS 2-.
Carta testimonio del misionero venezolano MICHAEL DAWSON MORRIS, titular de la CI. 1.576.132
Yo, Michael Eugene Dawson Morris, mayor de edad, venezolano (por nacimiento), domiciliado en la Comunidad Indígena de Coshilowateli, Río Padamo, Municipio Alto Orinoco, Estado Amazonas, portador de la cèdula de identidad V-1.567.132. Nací el 2 de agosto de 1955 en la Comunidad Indígena de Tamatama (Yecuana), Municipio Alto Orinoco, del Estado Amazonas. Mis padres son de los Estados Unidos, y soy el número 5 de 10 hijos. Mi hermano Velma Dawson nació aquí en Puerto Ayacucho dos semanas que llegaron ellos. De sus 10 hijos, 7 somos venezolanos por nacimiento y hemos pasado toda nuestra vida aquí. Yo crecí con los Yanomamo y mi primer idioma fue la lengua de esta tribu. Aprendí inglés después de tener 7 años de edad cuando empecé a ir a la escuela. Yo he vivido toda mi vida en Coshilowateli con excepción del tiempo cuando salí para continuar estudios en el exterior. Como crecí con los Yanomamo yo me crié con un amor y aprecio por la vida de esta gente. Yo vi la dura vida de ellos. Y después de terminar mis estudios, decidí regresar a mi pueblo de Coshilowateli para ayudar a mis amigos y familias Yanomamo. Mientras estuve estudiando en el exterior me case con una chica latina y regresamos juntos para vivir con los Yanomamo. Tuvimos tres hijos: Joshua Michael, Ryan Daniel y Stephen Rubén. Todos nacieron aquí en Venezuela, así que son venezolanos por nacimiento. Mi esposa Reneé Pintor de Dawson falleció de Falciparun (paludismo) y está enterrada en la Comunidad de Coshilowateli, en el Alto Orinoco. Cuando falleció mi esposa, mis tres hijos tenían 8, 6 y 4 años de edad. Eso ocurrió el 23 de junio de 1992. El 4 de octubre de 1994 me casé con Keila Cornieles, de Tumeremo, Estado Bolívar. Con ella tengo dos hijas Mikeila Reneé y Mía Francis.
Nuestra estadía en la selva ha sido una vida con dificultades, pero una vida de mucha satisfacción hasta los primeros días del año 2006, cuando comenzaron a expulsar a los misioneros de las Misión Nuevas tribus. El 12 de enero de 2006 se enfermó nuestra hija Mikeila Reneé, de 5 años de edad, en Coshilowateli. Hicimos todo lo posible para llamar a una avioneta, y para ese entonces las avionetas que siempre estaban listas para cubrir emergencias eras las de Nuevas tribus y de la Misión Alas de Socorro. Para ese momento los misioneros están preparándose para cumplir con la Resolución del Presidente Chávez, Nadie contestó la radio, aunque estuvimos llamando, orando y llorando. Mikeila falleció a las 2 PM sin recibir ningún apoyo médico.
Los otros misioneros salieron de Amazonas el 12 de febrero de 2006, pero como casi toda mi familia somos venezolanos y la Resolución no era contra Misión Padamo, decidimos quedarnos allí para seguir ayudando a los amigos Yanomamo. Pero desde esa época, la actitud de las autoridades militares ha cambiado de manera muy negativa hacia nosotros y empezaron con diversas formas de discriminación hacia nosotros como: llamándonos “gringos” en una forma por demás grosera. No permitiéndonos el acceso directo al combustible que llega a La Esmeralda (Capital del Municipio); se nos exigen documentos como si fuéramos extranjeros recién llegados al Estado Amazonas, y aún presentando los documentos exigidos, no mostraban ningún respeto ni valor alguno le daban y dan a los documentos. Han tratado de sembrar en los indígenas venezolanos, que viven con nosotros y con los que hemos compartido nuestra vida por años, un odio contra nosotros e instándolos a que nos expulsen de nuestra comunidad. Como los indígenas Yanomamo nos conocen muy bien y mas aun que a los militares, no obedecen lo que los militares le piden. Así que tratan por cualquier medio de molestarnos, exigiéndonos cosas que nos cansemos de la presión y las amenazas y salgamos de nuestro país.
Es necesario comentar que durante todo ese tiempo los militares siempre están pidiéndonos ayuda para todo. Nosotros le hemos proporcionado casa, agua y luz eléctrica en la Comunidad de Coshilowateli. Muchas veces cuando no les llega la comida a ellos, hasta se la hemos dado. También el hemos ayudado con el transporte por los ríos, el combustible para movilizarse en al zona y los hemos cuidado cuando ellos se enferman. Hemos bajado a La Esmeralda muchas veces para ayudarles en el arreglo de la Planta Eléctrica del Comando, les perforamos un pozo artesiano de agua para el mismo Comando, les dimos los tubos necesarios así como la bomba sumergible y las tuberías especiales para ese pozo, cubriendo nosotros los misioneros los gastos de esto. Hemos hecho todo lo posible para mostrar el amor de Nuestro Señor Jesucristo a ellos, tratándoles como hermanos venezolanos y como personas, pero nunca hemos recibido respeto por parte de las autoridades militares. Muchas veces nuestros derechos fueron y son atropellados por ellos.
En La Esmeralda, el combustible es controlado por la Guardia Nacional. Antes nosotros teníamos problemas consiguiendo el suficiente combustible para todo el sector del río Padamo y sus afluentes, pero ellos comenzaron a tomar la decisión de no darnos combustible “por ser gringos”. En varias ocasiones les explique que como nací en Tamatama, soy venezolano. Entonces el Teniente de entonces me contestaba en forma por demás irrespetuosa “puede ser que tu cedula diga venezolano, pero tu cara es de gringo”. Hasta el día de hoy, los mantienen esa discriminación contra nosotros. El problema es que ahora esa discriminación está afectando no solamente a mi familia sino que ellos están castigando al pueblo completo de Coshilowateli y las aldeas alrededor de la Parroquia Marawaka, porque cuando los militares no nos venden combustible a nosotros. Al no vendernos combustible nadie en todo el sector tiene, porque nosotros fuimos quienes lo comprobamos para todos ellos. Cuando no hay combustible: no tenemos planta eléctrica en la Comunidad de Coshilowateli, tampoco hay agua potable porque nuestra agua llega de un pozo artesiano profundo y requiere de la planta para bombear el agua. Tampoco hay combustible para los motores fuera de borda de traslado a los conucos y transporte de los indígenas en los ríos y entre aldeas. La discriminación contra nosotros llega a perjudicar a mucha gente de las etnias Yanomamo y Yecuana.
Mi preocupación es que esa forma de discriminación puede producir consecuencias muy .graves. El año pasado ¿2007? Unos amigos nuestros norteamericanos con hijos nacidos en Venezuela, estaban trabajando con una Iglesia venezolana y fueron a visitar, por invitación del Alcalde de allí y del Consejo Comunal, a la Iglesia se San Carlos de Río Negro. Los guardias Nacionales le dijeron a Gary y Sarah Greenwood, que a ellos les faltaba una tontería en su permiso para estar en ese lugar. Les sugirieron que fueran con ellos, en un avión militar a Puerto Ayacucho, Para solucionar esa cosa. Les dijeron que tan pronto como tuvieran todo listo, ellos podrían regresar. Salieron en el avión militar, ella, su esposo y sus dos pequeños hijos venezolanos, pero en lugar de dejarlos regresar a su casa después del interrogatorio, les dijeron que tenían que pasar la noche en el Comando de la Guardia. No les permitieron hacer ninguna llamada telefónica. La esposa Sarah Greenwood estaba embarazada y tenía a sus dos pequeños con mucha incomodidad en ese lugar. Se puede decir que la torturaron sicológicamente, diciéndoles que a ellos los deportarían y dejarían a su pequeña hija venezolana en el pais. Eso lo usaron para atemorizarlos al punto de que no pudieran pensar nada más que en salir con su hija a los Estados Unidos. Sarah estuvo muy enferma esa noche. Varias veces Gary pidió que les dejaran regresar a su casa pero siempre se lo negaron. Por fin un Guardia Nacional llamo a un médico, y este le dio unas pastillas a la señora. Ella estuvo vomitando toda la noche, y en la mañana su esposo pidió a los Guardia, nuevamente que les permitieran ir a su casa para por lo menos usar el baño y cambiarse de ropa. Por fin les dijeron que si, pero cuando los montaron en el carro, en lugar de llevarlos a su casa los llevaron directo al Aeropuerto y los deportaron sin cumplir procedimiento alguno para una deportación. Ellos por supuestos no estaban incursos en ninguna de las causales establecidas en la Ley para una deportación. Eso fue un secuestro militar y una deportación ilegal, pues esa familia tenía todos sus papeles en orden legal y uno de sus hijos era una niña nacida en Venezuela. Los militares deportaron una niña venezolana y a su familia en forma ilegal, en peor forma como si fueran delincuentes. A estos no se les trata así en este momento. Pero eran evangélicos.
Ahora los militares están tratando de intentar ese mismo procedimiento contra nosotros. Mi sobrino, Andrew Lee, bajo con unos indígenas a La Esmeralda. Allí los Guardias Nacionales, al ver que su cédula decía que era residente y estaba vencida lo arrestaron. Inmediatamente ellos llamaron a la ONIDEX para solicitar su documento para deportarlo. Según la Directora de la ONIDEX les informo que estaba en forma legal pues tenia pasaporte vigente y es residente, que no había alguna razón para deportarlo. Andrew nació en Bolivia, pero su madre es venezolana por nacimiento. Nosotros buscamos la partida de nacimiento de su mama y nos dirigimos a la Onidex. La Directora dijo que no es legal arrestar a nadie por tener una cedula vencida y mucho menos deportar a una persona por ello, y menos aun teniendo madre venezolana. Los militares intentaron hacer todo lo posible para deportarlo, y aunque dijeron que no estaba detenido, el no podía salir con su abogada directo a la Onidex. Estuvo todo el tiempo custodiado por un efectivo de la Guardia Nacional, con la orden tajante de no dejarlo salir solo. Así lo tuvieron desde la 8 de la mañana hasta las 3:30 PM, sin comida y bajo vigilancia del Guardia Nacional, siendo transportado en el carro de la GN, pero una y otra vez diciendo que “no estaba detenido, pero no te muevas de allí”. Por fin como la cosa se les salio de las manos y sus familias en Puerto Ayacucho conocían el caso al igual que su abogada. Ya los indígenas venían en camino para ayudarlo, la Guardia tuvo que dejarlo en la Onidex. Allí le dieron un permiso mientras llega de Caracas la renovación de su cedula de identidad. Es por ello que podemos afirmar que nuestros derechos están siendo violados, una y otra vez y ya estamos cansados de eso. Somos venezolanos por nacimiento.
En los últimos días, los militares en La Esmeralda, después de hacer tantos viajes a Coshilowateli, para sacarnos de allí, comenzaron a decir a los Yanomamo que ellos no pueden llevar nada para nosotros, incluyendo comida, medicinas, combustible, nada. El Capitán Cornieles, quien esta destacado en La Esmeralda, le dijo la semana pasada a Ramón González y a Enrique Lucho, Yanomamos, que “el personalmente revisaría todo los que ellos trajeran de Puerto Ayacucho para llevar a Coshilowateli. Que si encontraba en las cosa de ellos, una sola factura a nombre de los Dawson, les quitaría toda la carga”, a ellos, a los indígenas. Así también amenazan a los propios Yanomamo. Como los Yanomamo no conocen muy bien las leyes venezolanas, están muy preocupados por estas amenazas y la presión continua, constante. La preocupación nuestra es que los militares no conocen nada de la cultura Yanomamo. Cualquier día algo grave puede ocurrir. Los Yanomamo son una etnia que toda su vida han sido guerreros. Si continúan esas amenazas y el cerco contra ellos, los Yanomamo pueden tomar las cosas por sus propias manos y realizar algo grave contra los militares. Podría ocurrir una guerra entre las tribus y los militares.
Puerto Ayacucho, Amazonas: 09 de abril de 2008.
Nota 1: El evangelio ha hecho posible que los Yanomamo vivan en paz. Ellos vivían en permanente guerras por cualquier asunto y ello causó miles de muertes en el pasado. Ahora Coshilowateli es el lugar de encuentros para dirimir los conflictos entre aldeas. Ahora Dios reina entre los Yanomamo. ¿Esto se quiere destruir?
Nota 2: Ahora la situación se ha agravado violentándose los derechos constitucionales a la vida (no paso de alimentos y medicinas), tránsito (nadie puede ir al interior si no existe un permiso que deben otorgar varios organismos pero si el Jefe de la Brigada no lo quiere, ninguno vale. Se violan los derechos de religión, pensamiento, opinión y expresión, etc. Por tanto se violan derechos consagrados en Acuerdos, Pactos y Tratados Internacional con rango Constitucional. Se viola la Ley de Pueblos y Comunidades Indígenas que expresa la autonomía de otorgar permisos a quienes ellos inviten sin que medie ningún ente. Se viola la Constitución del Estado Amazonas cuando define los derechos de los indígenas que ahora están bajo una militarización total.
Nota 3: Ahora cuando los ríos han crecido, se han desbordado e inundado los conucos de los indígenas se les somete al hambre.
¿Cuál es realmente el interés en atacar a una familia con mas de 54 años ayudando a los indígenas, entre ellos casi todos venezolanos., perjudicando de esa forma a toda una etnia indígena venezolana? Hay muchos rumores, hay tres por lo menos. Esperamos que no sea ninguno y todo ocurra por el interés particular de algún alto funcionario del Ministerio del Poder Popular para la Defensa. Un Capitán de Puerto Ayacucho dijo” recibo órdenes superiores”. Pero actúa como si el mismo estuviera involucrado en el problema. Oración: Señor Dios ten misericordia de toda esta gente, pero te rogamos que actúes ahora mismo. Se mueren tus hijos. Estamos en clamor en todo el país y todo el país ya conoce de estas violaciones. Actúa tu Señor hoy mismo. Ya basta de abusos y de ilegalidad. Amén.
Caracas: Agosto de 2008.
Publicado con el consentimiento de la Misión Padamo.
lunes, 18 de agosto de 2008
martes, 12 de agosto de 2008
La Tragedia Continúa
Caracas: Julio 30 de 2008.
Asunto: Violación de Derechos Humanos Constitucionales, Pactos, Tratados y Acuerdos Internacionales, la Ley de Pueblos y Comunidades Indígenas, la Constitución del Estado Amazonas y normativas legales nacionales, por autoridades militares en el Estado Amazonas, Venezuela. (Religión, Tránsito y Vida, Viviendas privadas, entre otros).
Desde el año 2006 cuando fueron expulsados los misioneros extranjeros de la Misión Indígena Nuevas Tribus de Venezuela, funcionarios militares adscritos a la Brigada 52 del Ejército, acantonada en Puerto Ayacucho y La Esmeralda, Estado Amazonas, Venezuela, comenzaron una campaña de presión, amenazas y violencia en general contra los misioneros integrantes de la “Misión Padamo de Venezuela” y las comunidades evangélicas del Alto Orinoco.
Esta Misión, legalmente establecida y autorizada, tiene 54 años trabajando entre las etnias Yanomami, sub-grupos Shamatari, Guaica y Cobariwa y Yecuana. Ellos se encuentran ubicados en los ríos Padamo y sus afluentes, ríos Mavaca, Ocamo, Orinoco y Cunucunuma (Yecuana). Sus objetivos no sólo han sido espirituales cristianos evangélicos sino también se dedicaron a la labor socio-comunitaria, incluyendo salud, educación y liderazgo comunal. Construyeron ambos idiomas, que sólo se trasmitían oralmente; fundaron las primeras escuelas bilingües (interculturales): idioma indígenas-castellano, fundaron dispensarios de salud básica, prepararon a los maestros, los enfermeros, enseñaron artesanía, reparación de motores y adaptaron maquinas para moler la yuca y múltiples obras sociales deportivas, culturales, etc. Nunca dirigieron los pueblos. Fueron los propios indígenas los capitanes de los mismos y líderes en todos los asuntos comunales y espirituales. Esta Misión fue fundada por los esposos José y Mildred Dawson, en 1953. Entonces eran miembros de Nuevas Tribus pero en 1989 se separaron como “Padamo de Venezuela”. Sus hijos, 10 en total, hablan el idioma indígena perfectamente, siete de ellos nacieron en el país. Algunos descendientes se han casado con indígenas. Se consideran muy venezolanos, aman a las etnias y les sirven en nombre de Dios, y su ilusión es que cuando fallezcan sean enterrados junto a sus amadas etnias.
La base de la Misión es la población de Coshilowateli, que ya tiene una población mayor de los 500 habitantes. Generalmente una aldea Yanomami no pasa de 60 individuos. En el pasado, antes de llegar los misioneros, los indígenas se mataban entre si, peleaban por las mujeres, por las pertenencias, por los conucos y las tierras. Esto y las plagas como la malaria fueron diezmando a la etnia Yanomami, calculada ahora en 7000 individuos. Ni antes ni ahora los gobiernos, en sus tres niveles, se ocuparon de este grupo venezolano. Ahora Coshilowateli es lugar de encuentros entere rivales y un sitio de paz que la expande por el territorio Yanomami.
El problema actual, muy grave por cierto es:
1). Por instrucciones de la Brigada 52 “no se permite el paso de alimentos, ni medicinas a estas comunidades evangélicas del Alto Orinoco como medida de presión para que los misioneros “abandonen el lugar y se vayan de Venezuela”, (SIC), según los jerarcas militares. Esa medida causa problemas en el Alto Orinoco, en el Padamo, Metaconi, en el Cuntinamo y lugares cercanos. Esto se ha agravado por cuanto los ríos se han desbordado y se han inundado los conucos de los indígenas. Los indígenas y los misioneros no tienen comida pero no hay permisos.
2). No permiten el paso de medicinas ni insumos necesarios para cubrir las necesidades mínimas de las comunidades. Hay enfermos graves entre indígenas y misioneros. Debemos recordar que entre el 2006 y 2008 ya han fallecido 49 indígenas y una hija de un misionero por falta de transporte de emergencia. Los militares nunca contestaron las llamadas de emergencia y “el combustible es costoso para usarlo en el transporte de un indígena” (SIC). Pero si fueron capaces de enviar un avión con tripulación y acompañamientos para entregar una carta del Ministerio del Interior y Justicia. Eso no ocurría cuando estaban las avionetas misioneras (Nuevas Tribus y Alas de Socorro) que fueron obligadas a salir del país.
3). No se permite el paso de combustible, ni gasolina ni diesel, para uso: de la planta eléctrica, de los motores fuera de borda de los indígenas, de la bomba de agua para extraerla del pozo artesiano, la luz de las casas de la población de Coshilowateli, de los tractores, etc. La Misión y los indígenas financiaron esos equipos.
4). Siete hijos del señor Dawson nacieron en Venezuela. Cuando uno de ellos va a La Esmeralda o Puerto Ayacucho, por alguna necesidad, se le considera “gringo”, Son tan venezolanos como yo, que nací en Coro, Falcón, con iguales derechos, la misma Constitución e iguales leyes, con derechos y deberes como cualquier otro nacional. Sin embargo los tratan en una forma vil y miserable, por unos capitanes del ejército, les insultan y les amenazan con deportarlos. “Cumplimos órdenes superiores”, dicen. Pero no creo que las órdenes lleguen a tales extremos y violen las leyes en forma particular. Por cierto existe un Amparo (06-299) ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, aún sin sancionar, que muestra que la persecuciones que se cometen contra misioneros y comunidades indígenas evangélicas no es una novedad. Pero basta ya de abusos, de mentiras y sonrisas amistosas irónicas y de corte burlesco con fondo autoritario para pedir perdón cuando aun siguen en sus atropellos constitucionales.
Se ha tratado de obtener una cita con el Ministro de la Defensa, se ha acudido a la Presidencia de la República, a la Vicepresidencia, al Ministerio del Interior y Justicia. Fiscalía del Ministerio Público en Puerto Ayacucho, a la Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República, se enviaron cartas a la Dirección de Cultos de este Ministerio, etc. No se ha logrado nada. Los abusos continúan y ahora tememos por la vida de los indígenas y de los misioneros por carencia de alimentos, de los enfermos por falta de medicinas, el pueblo vive en la antigüedad porque no hay electricidad, deben tomar el agua del río contrayendo enfermedades diarreicas y los agricultores deben pasar todo un día para llegar a su conuco porque no hay combustible, en pleno siglo 21 y en un país petrolero, como consecuencia de órdenes superiores, discriminaciones o caprichos. Aconsejamos Leer Romanos 1:18, en la Biblia.
La paciencia en el tiempo, un don cristiano se ha terminado. Por las razones expuestas y no recibir respuesta, por mantenerse los atropellos, las presiones y las amenazas no solo personales sino a la vida, a la capacidad de espera de los Yanomami, es que acudimos a la sociedad venezolana para que se entere de lo que ocurre en Amazonas con la violación sistemática de los derechos constitucionales. Creo que ahora si habrá respuesta, la esperamos confiados en Dios, porque un General de Brigada en Puerto Ayacucho dijo: “Aquí mando yo, tendrán que dirigirse a la corte celestial para resolver el problema”. Nosotros no confiamos en una corte celestial esotérica, no divina. Confiamos en Dios, el único Dios trino y creador del hombre y los seres. Confiamos en El y El es mayor que cualquier autoridad. Estas pasan pero Dios permanece por siempre y la fe en El se mantiene a pesar de todo y de todos.
Atentamente,
Responsable:
Dr. Euclides Fuguet Borregales
Presidente de la Misión Padamo de Venezuela
CIV-993.772.
Teléfonos: 0212-5764687, 0412-7037892 y 0412-3682442.
Correo electrónico: eucarfuguet@cantv.net.
NOTA IMPORTANTE: Se anexan correos recibidos de Amazonas que muestran la situación desde enero de 2008. Hay muchas otras cosas que pueden decirse, favor escribir o llamar para explicar profundamente el problema. Favor re-enviar este correo as todos los amigos, medios, creyentes en Jesucristo miembros de la comunidad evangélica, etc. Y orar por la situación, es GRAVISIMA, NO ALIMENTOS, NI MEDICINAS, NI COMBUSTIBLE, NI NADA. Vale.
Asunto: Violación de Derechos Humanos Constitucionales, Pactos, Tratados y Acuerdos Internacionales, la Ley de Pueblos y Comunidades Indígenas, la Constitución del Estado Amazonas y normativas legales nacionales, por autoridades militares en el Estado Amazonas, Venezuela. (Religión, Tránsito y Vida, Viviendas privadas, entre otros).
Desde el año 2006 cuando fueron expulsados los misioneros extranjeros de la Misión Indígena Nuevas Tribus de Venezuela, funcionarios militares adscritos a la Brigada 52 del Ejército, acantonada en Puerto Ayacucho y La Esmeralda, Estado Amazonas, Venezuela, comenzaron una campaña de presión, amenazas y violencia en general contra los misioneros integrantes de la “Misión Padamo de Venezuela” y las comunidades evangélicas del Alto Orinoco.
Esta Misión, legalmente establecida y autorizada, tiene 54 años trabajando entre las etnias Yanomami, sub-grupos Shamatari, Guaica y Cobariwa y Yecuana. Ellos se encuentran ubicados en los ríos Padamo y sus afluentes, ríos Mavaca, Ocamo, Orinoco y Cunucunuma (Yecuana). Sus objetivos no sólo han sido espirituales cristianos evangélicos sino también se dedicaron a la labor socio-comunitaria, incluyendo salud, educación y liderazgo comunal. Construyeron ambos idiomas, que sólo se trasmitían oralmente; fundaron las primeras escuelas bilingües (interculturales): idioma indígenas-castellano, fundaron dispensarios de salud básica, prepararon a los maestros, los enfermeros, enseñaron artesanía, reparación de motores y adaptaron maquinas para moler la yuca y múltiples obras sociales deportivas, culturales, etc. Nunca dirigieron los pueblos. Fueron los propios indígenas los capitanes de los mismos y líderes en todos los asuntos comunales y espirituales. Esta Misión fue fundada por los esposos José y Mildred Dawson, en 1953. Entonces eran miembros de Nuevas Tribus pero en 1989 se separaron como “Padamo de Venezuela”. Sus hijos, 10 en total, hablan el idioma indígena perfectamente, siete de ellos nacieron en el país. Algunos descendientes se han casado con indígenas. Se consideran muy venezolanos, aman a las etnias y les sirven en nombre de Dios, y su ilusión es que cuando fallezcan sean enterrados junto a sus amadas etnias.
La base de la Misión es la población de Coshilowateli, que ya tiene una población mayor de los 500 habitantes. Generalmente una aldea Yanomami no pasa de 60 individuos. En el pasado, antes de llegar los misioneros, los indígenas se mataban entre si, peleaban por las mujeres, por las pertenencias, por los conucos y las tierras. Esto y las plagas como la malaria fueron diezmando a la etnia Yanomami, calculada ahora en 7000 individuos. Ni antes ni ahora los gobiernos, en sus tres niveles, se ocuparon de este grupo venezolano. Ahora Coshilowateli es lugar de encuentros entere rivales y un sitio de paz que la expande por el territorio Yanomami.
El problema actual, muy grave por cierto es:
1). Por instrucciones de la Brigada 52 “no se permite el paso de alimentos, ni medicinas a estas comunidades evangélicas del Alto Orinoco como medida de presión para que los misioneros “abandonen el lugar y se vayan de Venezuela”, (SIC), según los jerarcas militares. Esa medida causa problemas en el Alto Orinoco, en el Padamo, Metaconi, en el Cuntinamo y lugares cercanos. Esto se ha agravado por cuanto los ríos se han desbordado y se han inundado los conucos de los indígenas. Los indígenas y los misioneros no tienen comida pero no hay permisos.
2). No permiten el paso de medicinas ni insumos necesarios para cubrir las necesidades mínimas de las comunidades. Hay enfermos graves entre indígenas y misioneros. Debemos recordar que entre el 2006 y 2008 ya han fallecido 49 indígenas y una hija de un misionero por falta de transporte de emergencia. Los militares nunca contestaron las llamadas de emergencia y “el combustible es costoso para usarlo en el transporte de un indígena” (SIC). Pero si fueron capaces de enviar un avión con tripulación y acompañamientos para entregar una carta del Ministerio del Interior y Justicia. Eso no ocurría cuando estaban las avionetas misioneras (Nuevas Tribus y Alas de Socorro) que fueron obligadas a salir del país.
3). No se permite el paso de combustible, ni gasolina ni diesel, para uso: de la planta eléctrica, de los motores fuera de borda de los indígenas, de la bomba de agua para extraerla del pozo artesiano, la luz de las casas de la población de Coshilowateli, de los tractores, etc. La Misión y los indígenas financiaron esos equipos.
4). Siete hijos del señor Dawson nacieron en Venezuela. Cuando uno de ellos va a La Esmeralda o Puerto Ayacucho, por alguna necesidad, se le considera “gringo”, Son tan venezolanos como yo, que nací en Coro, Falcón, con iguales derechos, la misma Constitución e iguales leyes, con derechos y deberes como cualquier otro nacional. Sin embargo los tratan en una forma vil y miserable, por unos capitanes del ejército, les insultan y les amenazan con deportarlos. “Cumplimos órdenes superiores”, dicen. Pero no creo que las órdenes lleguen a tales extremos y violen las leyes en forma particular. Por cierto existe un Amparo (06-299) ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, aún sin sancionar, que muestra que la persecuciones que se cometen contra misioneros y comunidades indígenas evangélicas no es una novedad. Pero basta ya de abusos, de mentiras y sonrisas amistosas irónicas y de corte burlesco con fondo autoritario para pedir perdón cuando aun siguen en sus atropellos constitucionales.
Se ha tratado de obtener una cita con el Ministro de la Defensa, se ha acudido a la Presidencia de la República, a la Vicepresidencia, al Ministerio del Interior y Justicia. Fiscalía del Ministerio Público en Puerto Ayacucho, a la Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República, se enviaron cartas a la Dirección de Cultos de este Ministerio, etc. No se ha logrado nada. Los abusos continúan y ahora tememos por la vida de los indígenas y de los misioneros por carencia de alimentos, de los enfermos por falta de medicinas, el pueblo vive en la antigüedad porque no hay electricidad, deben tomar el agua del río contrayendo enfermedades diarreicas y los agricultores deben pasar todo un día para llegar a su conuco porque no hay combustible, en pleno siglo 21 y en un país petrolero, como consecuencia de órdenes superiores, discriminaciones o caprichos. Aconsejamos Leer Romanos 1:18, en la Biblia.
La paciencia en el tiempo, un don cristiano se ha terminado. Por las razones expuestas y no recibir respuesta, por mantenerse los atropellos, las presiones y las amenazas no solo personales sino a la vida, a la capacidad de espera de los Yanomami, es que acudimos a la sociedad venezolana para que se entere de lo que ocurre en Amazonas con la violación sistemática de los derechos constitucionales. Creo que ahora si habrá respuesta, la esperamos confiados en Dios, porque un General de Brigada en Puerto Ayacucho dijo: “Aquí mando yo, tendrán que dirigirse a la corte celestial para resolver el problema”. Nosotros no confiamos en una corte celestial esotérica, no divina. Confiamos en Dios, el único Dios trino y creador del hombre y los seres. Confiamos en El y El es mayor que cualquier autoridad. Estas pasan pero Dios permanece por siempre y la fe en El se mantiene a pesar de todo y de todos.
Atentamente,
Responsable:
Dr. Euclides Fuguet Borregales
Presidente de la Misión Padamo de Venezuela
CIV-993.772.
Teléfonos: 0212-5764687, 0412-7037892 y 0412-3682442.
Correo electrónico: eucarfuguet@cantv.net.
NOTA IMPORTANTE: Se anexan correos recibidos de Amazonas que muestran la situación desde enero de 2008. Hay muchas otras cosas que pueden decirse, favor escribir o llamar para explicar profundamente el problema. Favor re-enviar este correo as todos los amigos, medios, creyentes en Jesucristo miembros de la comunidad evangélica, etc. Y orar por la situación, es GRAVISIMA, NO ALIMENTOS, NI MEDICINAS, NI COMBUSTIBLE, NI NADA. Vale.
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Derechos Humanos,
Misión Padamo,
Pueblos Indígenas
miércoles, 6 de agosto de 2008
Actividad Política de los Reformadores
La disociación entre el pensamiento religioso y el pensamiento político, definitivamente no fue algo planteado por los reformadores, tal abstracción social habría sido inconcebible para ellos y habría imposibilitado el avance de la reforma protestante, pues ella además de tener implicaciones religiosas las tuvo en los terrenos políticos, económicos, culturales, artísticos y demás. Luego aparte de ello, sin un decidido apoyo del poder temporal de entonces, la publicación de las 99 tesis de Lutero no habría pasado de ser una curiosa publicación de la web de entonces.
Martín Lutero, no sólo fue protegido por Federico el Elector de Sajonia, sino que él mismo fue la inspiración para la rebelión de los príncipes ante Carlos V, y (aunque sin su apoyo) de la aplastada rebelión campesina, todo sin contar que el enfrentamiento a Roma no sólo constituía un enfrentamiento religioso sino uno profundamente político. Con Lutero nace el nacionalismo alemán, y su reforma tuvo una amplia trascendencia no sólo por ser religiosa, sino por iniciar e influir la forma de los estados europeos como los conocemos. La reforma introduce la era moderna, influye política, económica y socialmente a Europa y al mundo.
Lutero es acusado de defender a los príncipes con su pluma a cambio de ser defendido por la espada.
La Reforma nunca habría podido mantenerse si no hubiera influido al poder temporal de su tiempo, de no haber sido así, la inquisición habría acabado con ella.
Por su parte Juan Calvino estableció su dictadura teocrática en Ginebra, e influyó la política, y al mismo tiempo es precursor de la banca moderna.
La Iglesia Anglicana, surge con el apoyo que le dispensó Enrique VIII.
Los protestantes hugonotes franceses fueron asesinados no sólo por sus creencias, sino que la tragedia de la noche de San Bartolomé, tuvo también motivaciones políticas.
Así podemos seguir comentando, hasta pasar a la misma fundación de los EEUU, y otros desarrollos nacionales e institucionales en la historia desprendidos del pensamiento político protestante. Y es que desde sus mismos orígenes el término protestante no estuvo vinculado exclusivamente a la protesta de Spira, sino que la sola mención ya habla de gente que reinterpreta la política, la economía, las artes, la literatura, la sociedad, en fin el mundo, desde una perspectiva y cosmovisión religiosa profundamente cristiana, bíblica, y espiritual, pero jamás desde el escapismo y la introversión sociopolítica.
Es en la etapa más mística del protestantismo cuando surgen los movimientos de espiritualidad radical, sean estos los anabaptistas, o los cuáqueros, o muy especialmente los movimientos de santidad con los Wesley a la cabeza que han llegado a influir ampliamente al espectro evangélico actual. De resto, la triste introversión social de muchas iglesias evangélicas constituye un elemento totalmente extraño a sus gloriosos orígenes, y es algo que las ubica en una posición que las hace estar muy próximos a calificar para la categoría de sectas desde el punto de vista no teológico pero si sociológico, lo cual es contrario a su catolicidad y apostolicidad, mismos valores que no se basan en los mitos que ella le refuta al romanismo, sino a su apego a los principios del cristianismo manifestados desde la Biblia a través de la historia de la cristiandad.
Hoy día es bueno preguntarse si quedará como un monumento el pensamiento de los padres de la Reforma, o si se mantendrá en el tiempo el coraje y la fe del verdadero protestantismo evangélico.
Martín Lutero, no sólo fue protegido por Federico el Elector de Sajonia, sino que él mismo fue la inspiración para la rebelión de los príncipes ante Carlos V, y (aunque sin su apoyo) de la aplastada rebelión campesina, todo sin contar que el enfrentamiento a Roma no sólo constituía un enfrentamiento religioso sino uno profundamente político. Con Lutero nace el nacionalismo alemán, y su reforma tuvo una amplia trascendencia no sólo por ser religiosa, sino por iniciar e influir la forma de los estados europeos como los conocemos. La reforma introduce la era moderna, influye política, económica y socialmente a Europa y al mundo.
Lutero es acusado de defender a los príncipes con su pluma a cambio de ser defendido por la espada.
La Reforma nunca habría podido mantenerse si no hubiera influido al poder temporal de su tiempo, de no haber sido así, la inquisición habría acabado con ella.
Por su parte Juan Calvino estableció su dictadura teocrática en Ginebra, e influyó la política, y al mismo tiempo es precursor de la banca moderna.
La Iglesia Anglicana, surge con el apoyo que le dispensó Enrique VIII.
Los protestantes hugonotes franceses fueron asesinados no sólo por sus creencias, sino que la tragedia de la noche de San Bartolomé, tuvo también motivaciones políticas.
Así podemos seguir comentando, hasta pasar a la misma fundación de los EEUU, y otros desarrollos nacionales e institucionales en la historia desprendidos del pensamiento político protestante. Y es que desde sus mismos orígenes el término protestante no estuvo vinculado exclusivamente a la protesta de Spira, sino que la sola mención ya habla de gente que reinterpreta la política, la economía, las artes, la literatura, la sociedad, en fin el mundo, desde una perspectiva y cosmovisión religiosa profundamente cristiana, bíblica, y espiritual, pero jamás desde el escapismo y la introversión sociopolítica.
Es en la etapa más mística del protestantismo cuando surgen los movimientos de espiritualidad radical, sean estos los anabaptistas, o los cuáqueros, o muy especialmente los movimientos de santidad con los Wesley a la cabeza que han llegado a influir ampliamente al espectro evangélico actual. De resto, la triste introversión social de muchas iglesias evangélicas constituye un elemento totalmente extraño a sus gloriosos orígenes, y es algo que las ubica en una posición que las hace estar muy próximos a calificar para la categoría de sectas desde el punto de vista no teológico pero si sociológico, lo cual es contrario a su catolicidad y apostolicidad, mismos valores que no se basan en los mitos que ella le refuta al romanismo, sino a su apego a los principios del cristianismo manifestados desde la Biblia a través de la historia de la cristiandad.
Hoy día es bueno preguntarse si quedará como un monumento el pensamiento de los padres de la Reforma, o si se mantendrá en el tiempo el coraje y la fe del verdadero protestantismo evangélico.
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sábado, 2 de agosto de 2008
Dimensiones de la "Teología Política"
En esta ocasión, se escribe en correspondencias con Harvey Cox, no intentando asentir con todos los puntos de vista expuestos sino ofreciendo un espacio que sirva para reflexionar desde nuestro pensamiento acerca de la responsabilidad de la Iglesia en la sociedad y el mundo en que vivimos
Una falsa disyuntiva
Las modas teológicas cambian hoy día tan rápidamente que la nueva discusión sobre la necesidad de una "teología política" ha suscitado ya una crítica sobre la supuesta parcialidad que esta teología presenta. Algunos críticos han dicho que la teología política no tiene en cuenta el aspecto personal de la realidad, sobre el cual los teólogos tendrían precisamente que reflexionar: acentúa tanto el aspecto social que descuida con frecuencia la Subjetividad. Esta orientación es particularmente desafortunada, dicen los críticos, pues incluso marxistas como Roger Garaudy han afirmado que el marxismo tiene su punto débil en la cuestión de la subjetividad humana.
¿Qué significan estas acusaciones? ¿Es cierto que los teólogos cristianos, al acentuar la necesidad de una teología política, abandonan "la misión" cuando los "beneficiarios" empiezan a volver?
No lo creo. Pienso que sólo una versión teóricamente parcial de la teología política pasaría por alto la dimensión personal en la polis. Creo, además, que los teólogos que se han fijado demasiado en la "persona", como algunos personalistas católicos o existencialistas protestantes, pierden precisamente aquello que quieren mantener. Por mi parte sostengo que hemos de insistir en una teología política viable, porque la totalidad de la salvación alcanza toda empresa humana e incluso el cosmos.
Solidaridad de lo político-social y de lo personal
El abismo entre lo "personal" y lo "político" es discutible. Propiamente es ya un síntoma de la actual confusión. No podemos mantener por más tiempo la falsa división entre el tan conocido "evangelio social" (Social Gospel) y otra especie de evangelio. Si el hombre está salvado o condenado, sano o enfermo, lo está en una indisoluble solidaridad con la gran familia humana. Es dudoso hoy día que podamos hablar de un "individuo sano" sin hablar al mismo tiempo de la familia sana, del buen gobierno del pueblo e incluso de una ordenada marcha de las cosas en el mundo y en el cosmos.
René Dubos definió la salud como la capacidad de afrontar y superar el futuro. La persona y el pueblo o nación que no pueden renovarse y transformarse en confrontación con el futuro están enfermos. La teología política se orienta, en todo caso, hacia el futuro. En este contexto desearía tratar dos puntos con los cuales hemos de contar para hacer una teología política viable y que al mismo tiempo sea hoy de alcance político y sustancia teológica. No es casualidad que uno de esos dos puntos tenga un carácter más bien "político" y el otro más bien "personal". Los dos problemas principales que tengo presentes son: la aspiración a la justicia social y la aspiración al autoconocimiento; la búsqueda "exterior" y la búsqueda "interior". Ambas componen el marco dentro del cual ha de moverse la teología política. Ésta no solamente tendrá en cuenta a las dos, sino que deberá considerarlas como aspectos de un mismo intento. Procuremos analizarlas.
1) Dimensión social. ¿Qué decir de la revolución social? Daniel Bell dijo que el último tercio del siglo XX ya no era tiempo de revolución; se anunció la muerte de la política y el "fin de la ideología" y se dijo que los levantamientos a gran escala pertenecían ya al pasado. Pero, ¿vivimos realmente el fin de la ideología? ¿Se ha convertido hoy toda revolución en un instrumento cruel al servicio de élites deseosas del poder y en un colosal engaño de masas? Esta opinión se ha extendido; pero pienso que es falsa. Ya en sus comienzos tenía un matiz occidental-provinciano e incluso "nórdico". Pareció que en las naciones industriales habían cambiado las condiciones bajo las cuales tiene lugar la lucha por el poder y que realmente el pathos revolucionario de otros tiempos sonaba a gastado. Pero París, Praga y las insurrecciones en los ghettos negros de América nos demuestran que en tales países no han desaparecido las características de un cambio revolucionario. Más importante todavía es que las pasiones revolucionarias originen silenciosamente la confrontación internacional entre las naciones ricas del hemisferio norte y las naciones pobres del hemisferio sur. El "proletariado de exportación" -que recoge el café, corta la caña de azúcar y embala los plátanos para el desayuno americano- ya no callará sumisamente. Nuestro tiempo es aún tiempo de revolución, más a nivel internacional que de política interior. A pesar de que muchos de nosotros no queramos reconocerlo, la revolución y la búsqueda de un cambio social radical sigue siendo una de las características de este final de siglo. Su realidad constituye el marco en el cual debe elaborarse una teología política.
2) Dimensión personal. ¿Qué decir del segundo componente de nuestra futura mentalidad que yo llamo la búsqueda del autoconocimiento e integridad interior? Existe un incontenible interés por estructurar lo íntimo del alma. Esta orientación hacia el interior es propia de nuestro tiempo. Nuestros jóvenes y artistas se adentraron fascinados en la vida de los sueños y de la fantasía. Los literatos penetran en regiones antes tabú. Pintores y poetas intentan nuevas posibilidades de experiencia. Aceptamos y valoramos obras y novelas cuyos temas contienen deseos sanguinarios, actitudes extremas, criminalidad, autodestrucción. Ninguna pesadilla, ninguna visión extática, ningún cambio inusitado de la experiencia humana queda fuera de nuestra insaciable tendencia de autoconocimiento. Nos queremos conocer por completo.
Revolución social y autoconocimiento forman, por consiguiente, los dos polos de la mentalidad de finales del siglo XX y principios del XXI. Ninguno de los dos polos es enteramente nuevo en nuestra época, sino que tienen ambos una larga historia. En occidente, la revolución la tiene ciertamente, aunque sus teóricos escribieron especialmente en los siglos XVIII y XIX. Algunos autores creen que tiene su origen en la esperanza veterotestamentaria del tiempo mesiánico. La búsqueda del autoconocimiento se remonta aún más allá, aunque su forma moderna específica comenzó con Kierkegaard y Nietzsche. Este impulso se relaciona también con la valoración cristiana de la persona y con la esperanza del creyente de llegar a su fin divino.
Tensión de convergencia entre lo político y personal
Lo importante de nuestro tiempo es la convergencia de estas dos tendencias y las tensiones que esta convergencia provoca. Es importante la repercusión de esta mentalidad en el pensamiento teológico y el modo cómo debe ser tratada por la teología.
Lo fundamental, con todo, no son los contenidos concretos que esta mentalidad haya podido aportar, sino cómo aportamos ahora la reflexión teológica o cualquiera otra. El interés por un cambio estructural y por el descubrimiento del espíritu nos lleva a considerar toda idea de un modo radical. Y éste es el verdadero desafío. Ya no consideramos los pensamientos teológicos como puntos de orientación fijos en nuestro mundo, sino como aspectos de una experiencia viva. Nos ocuparemos de su significación humana, de su fuerza de transformación social y de su aportación al autoconocimiento.
Esto no significa que nuestra época considere el bien sólo desde el punto de vista utilitario. Significa más bien el reconocimiento del hecho de que toda idea que no tenga una inmediata referencia social o personal está fuera de lugar Un enunciado teológico no puede ser algo "esencial" y atemporal, sino que ha de ser histórico y concreto. Tal vez esto signifique que se acepta la tenacidad con que la ciencia mantiene que los "hechos" tienen su función dentro de un proyecto humano determinado. Puede ser también un tributo secular moderno a la comprensión bíblica, según la cual, la "verdad" no es simple exactitud, sino poder, confianza y seguridad. Esta preocupación actual por las ideas y valores que promueven un cambio en la sociedad o que conducen a los hombres a nuevas experiencias, vale también para los valores religiosos. El revolucionario pregunta al budismo, al cristianismo y al Islam sobre el peso político de su mensaje, y dirige su mirada sobre la acción que realizan en el mundo. Así, pregunta a la Iglesia: ¿aprueba Cristo las situaciones de privilegio y explotación? ¿o bien congrega a los desheredados para que juntos derroquen a los poderosos? El revolucionario no entra en las discusiones acerca de la verdad abstracta o neutral de esta o aquella idea.
Para él la verdad es fuerza, es el poder de una idea que despierta a quienes estaban subyugados por el prestigio de los poderosos. Es fuerza que desvela los mitos que encubren la injusticia.
¿Qué decir de los artistas que viajan al mundo interior?, ¿cómo consideran las ideas?
Mientras el revolucionario mide las ideas por su alcance político, el artista experimenta su capacidad de alimentar y desarrollar la conciencia humana. Su "verdad" es distinta.
Una obra, una poesía son "verdaderas" si posibilitan la apertura de nuevos espacios y dimensiones, y así queda enriquecida la experiencia.
Validez de una teología actual
Las teologías nos causan impacto cuando tienen una fuerza capaz de transformar favorablemente nuestro mundo interior y exterior. Las ideas teológicas no son un material de cultivo intelectual meramente especulativo. ¿Se enriquecerá la tierra por medio de las ideas? ¿se hará más justa, más interesante y menos aburrida, gracias a ellas? Si no es así, están de más: los pensamientos que no se ponen en contacto real con el mundo de los hombres merecen ser confinados al olvido.
Con otras palabras: nuestro tiempo quiere la encarnación de la verdad. El cristianismo sostuvo ya una larga y dura lucha contra la gnosis, de la cual salió finalmente victorioso.
Para los gnósticos, los valores y doctrinas son algo así como fantasmas descarnados flotando sobre el caos terrenal. Por esto, se alcanzaba la salvación cuando uno conseguía elevarse en la mística "gnosis" (= sabiduría), dejando de lado lo cotidiano. En nuestra época parece como si la cristiandad hubiera recaído en estas herejías gnósticas -que precisamente condenó oficialmente- y como si se preocupara de "valores eternos" desgajados de la cambiante inseguridad de la historia.
Este nuevo modo político de considerar la verdad explica el bostezo e indiferencia que provocan los intentos de algunos teólogos por hacer un cristianismo intelectualmente apetecible. El problema no es la aceptación intelectual. Hoy en día quien abandona la religión no lo hace porque encuentre el cristianismo poco convincente, sino porque le adormece y no le ofrece ningún estímulo. La gente se queja de que la liturgia y las discusiones teológicas sean pesadas. No escribe críticas sobre esto, pero se aleja de ello
El más duro ataque contra la Iglesia no evoca su oscurantismo, sino su cobardía, el que no viva desde su autocomprensión. Los creyentes que hoy nos inspiran son los que transforman el evangelio en acción. Digamos gente como Martín Lutero King que no sólo pidieron a la Iglesia que practicara lo que predicaba, sino que arriesgaron mucho por conseguir la justicia. El Papa Juan XXIII, durante su corto pontificado, consiguió convencer a millones de hombres de que en el cristianismo hay algo. ¿Cómo? No lo hizo trazando una brillante defensa de la doctrina cristiana -el papa campesino no era capaz de esos artificios-, sino que abrió el mundo actual al evangelio por medio de su estilo de vida: bendijo las fieras de un circo ambulante, visitó asesinos sentenciados en la cárcel de Roma, se rió de las pretensiones de la curia y de su propia infalibilidad, y convocó un concilio para discutir cuestiones que muchos consideraban intocables.
La teología realiza una continua reinterpretación de la fe. Pero los teólogos obtienen escasos resultados en este proceso de reinterpretación porque no se toman en serio las situaciones culturales. Tratan de adaptar la fe al mundo actual precisamente en el momento en que este mundo ha decidido transformarse en otra cosa. Intentan explicar la religión dentro de las fronteras de la razón, en el preciso momento en que los espíritus avanzados y proféticos de nuestros días se sitúan fuera de la actitud reverencial ante la razón tratando de adentrarse en el mundo de la profecía y del éxtasis. La religión podrá sobrevivir en el mundo moderno si contribuye al esfuerzo humano hacia un orden más justo y a una decisión de introducirse en la oscura profundidad de sí mismo.
Conclusión
Existe una profunda unidad entre el movimiento actual hacia la justicia y libertad sociales y la aspiración a una profunda autocomprensión de la persona. La transformación individual y la acción social no se pueden separar. La búsqueda interna y externa que conduce a muchos hombres a un esfuerzo inoperante o a un autodestructor abuso de drogas, debe emplearse de un modo efectivo y unirse en su intento común.
Esta es la misión de una teología política. Pero tal teología no tendrá éxito si sus ideas e intuiciones sólo son capaces de explicar y organizar. La teología debe hacer el esfuerzo de colaborar en favor del progreso humano y de la realización de la vida de los individuos. Hace ya demasiado tiempo que los teólogos sólo han interpretado el mundo.
Ha llegado el tiempo de transformarlo.
A Harvey Cox
Una falsa disyuntiva
Las modas teológicas cambian hoy día tan rápidamente que la nueva discusión sobre la necesidad de una "teología política" ha suscitado ya una crítica sobre la supuesta parcialidad que esta teología presenta. Algunos críticos han dicho que la teología política no tiene en cuenta el aspecto personal de la realidad, sobre el cual los teólogos tendrían precisamente que reflexionar: acentúa tanto el aspecto social que descuida con frecuencia la Subjetividad. Esta orientación es particularmente desafortunada, dicen los críticos, pues incluso marxistas como Roger Garaudy han afirmado que el marxismo tiene su punto débil en la cuestión de la subjetividad humana.
¿Qué significan estas acusaciones? ¿Es cierto que los teólogos cristianos, al acentuar la necesidad de una teología política, abandonan "la misión" cuando los "beneficiarios" empiezan a volver?
No lo creo. Pienso que sólo una versión teóricamente parcial de la teología política pasaría por alto la dimensión personal en la polis. Creo, además, que los teólogos que se han fijado demasiado en la "persona", como algunos personalistas católicos o existencialistas protestantes, pierden precisamente aquello que quieren mantener. Por mi parte sostengo que hemos de insistir en una teología política viable, porque la totalidad de la salvación alcanza toda empresa humana e incluso el cosmos.
Solidaridad de lo político-social y de lo personal
El abismo entre lo "personal" y lo "político" es discutible. Propiamente es ya un síntoma de la actual confusión. No podemos mantener por más tiempo la falsa división entre el tan conocido "evangelio social" (Social Gospel) y otra especie de evangelio. Si el hombre está salvado o condenado, sano o enfermo, lo está en una indisoluble solidaridad con la gran familia humana. Es dudoso hoy día que podamos hablar de un "individuo sano" sin hablar al mismo tiempo de la familia sana, del buen gobierno del pueblo e incluso de una ordenada marcha de las cosas en el mundo y en el cosmos.
René Dubos definió la salud como la capacidad de afrontar y superar el futuro. La persona y el pueblo o nación que no pueden renovarse y transformarse en confrontación con el futuro están enfermos. La teología política se orienta, en todo caso, hacia el futuro. En este contexto desearía tratar dos puntos con los cuales hemos de contar para hacer una teología política viable y que al mismo tiempo sea hoy de alcance político y sustancia teológica. No es casualidad que uno de esos dos puntos tenga un carácter más bien "político" y el otro más bien "personal". Los dos problemas principales que tengo presentes son: la aspiración a la justicia social y la aspiración al autoconocimiento; la búsqueda "exterior" y la búsqueda "interior". Ambas componen el marco dentro del cual ha de moverse la teología política. Ésta no solamente tendrá en cuenta a las dos, sino que deberá considerarlas como aspectos de un mismo intento. Procuremos analizarlas.
1) Dimensión social. ¿Qué decir de la revolución social? Daniel Bell dijo que el último tercio del siglo XX ya no era tiempo de revolución; se anunció la muerte de la política y el "fin de la ideología" y se dijo que los levantamientos a gran escala pertenecían ya al pasado. Pero, ¿vivimos realmente el fin de la ideología? ¿Se ha convertido hoy toda revolución en un instrumento cruel al servicio de élites deseosas del poder y en un colosal engaño de masas? Esta opinión se ha extendido; pero pienso que es falsa. Ya en sus comienzos tenía un matiz occidental-provinciano e incluso "nórdico". Pareció que en las naciones industriales habían cambiado las condiciones bajo las cuales tiene lugar la lucha por el poder y que realmente el pathos revolucionario de otros tiempos sonaba a gastado. Pero París, Praga y las insurrecciones en los ghettos negros de América nos demuestran que en tales países no han desaparecido las características de un cambio revolucionario. Más importante todavía es que las pasiones revolucionarias originen silenciosamente la confrontación internacional entre las naciones ricas del hemisferio norte y las naciones pobres del hemisferio sur. El "proletariado de exportación" -que recoge el café, corta la caña de azúcar y embala los plátanos para el desayuno americano- ya no callará sumisamente. Nuestro tiempo es aún tiempo de revolución, más a nivel internacional que de política interior. A pesar de que muchos de nosotros no queramos reconocerlo, la revolución y la búsqueda de un cambio social radical sigue siendo una de las características de este final de siglo. Su realidad constituye el marco en el cual debe elaborarse una teología política.
2) Dimensión personal. ¿Qué decir del segundo componente de nuestra futura mentalidad que yo llamo la búsqueda del autoconocimiento e integridad interior? Existe un incontenible interés por estructurar lo íntimo del alma. Esta orientación hacia el interior es propia de nuestro tiempo. Nuestros jóvenes y artistas se adentraron fascinados en la vida de los sueños y de la fantasía. Los literatos penetran en regiones antes tabú. Pintores y poetas intentan nuevas posibilidades de experiencia. Aceptamos y valoramos obras y novelas cuyos temas contienen deseos sanguinarios, actitudes extremas, criminalidad, autodestrucción. Ninguna pesadilla, ninguna visión extática, ningún cambio inusitado de la experiencia humana queda fuera de nuestra insaciable tendencia de autoconocimiento. Nos queremos conocer por completo.
Revolución social y autoconocimiento forman, por consiguiente, los dos polos de la mentalidad de finales del siglo XX y principios del XXI. Ninguno de los dos polos es enteramente nuevo en nuestra época, sino que tienen ambos una larga historia. En occidente, la revolución la tiene ciertamente, aunque sus teóricos escribieron especialmente en los siglos XVIII y XIX. Algunos autores creen que tiene su origen en la esperanza veterotestamentaria del tiempo mesiánico. La búsqueda del autoconocimiento se remonta aún más allá, aunque su forma moderna específica comenzó con Kierkegaard y Nietzsche. Este impulso se relaciona también con la valoración cristiana de la persona y con la esperanza del creyente de llegar a su fin divino.
Tensión de convergencia entre lo político y personal
Lo importante de nuestro tiempo es la convergencia de estas dos tendencias y las tensiones que esta convergencia provoca. Es importante la repercusión de esta mentalidad en el pensamiento teológico y el modo cómo debe ser tratada por la teología.
Lo fundamental, con todo, no son los contenidos concretos que esta mentalidad haya podido aportar, sino cómo aportamos ahora la reflexión teológica o cualquiera otra. El interés por un cambio estructural y por el descubrimiento del espíritu nos lleva a considerar toda idea de un modo radical. Y éste es el verdadero desafío. Ya no consideramos los pensamientos teológicos como puntos de orientación fijos en nuestro mundo, sino como aspectos de una experiencia viva. Nos ocuparemos de su significación humana, de su fuerza de transformación social y de su aportación al autoconocimiento.
Esto no significa que nuestra época considere el bien sólo desde el punto de vista utilitario. Significa más bien el reconocimiento del hecho de que toda idea que no tenga una inmediata referencia social o personal está fuera de lugar Un enunciado teológico no puede ser algo "esencial" y atemporal, sino que ha de ser histórico y concreto. Tal vez esto signifique que se acepta la tenacidad con que la ciencia mantiene que los "hechos" tienen su función dentro de un proyecto humano determinado. Puede ser también un tributo secular moderno a la comprensión bíblica, según la cual, la "verdad" no es simple exactitud, sino poder, confianza y seguridad. Esta preocupación actual por las ideas y valores que promueven un cambio en la sociedad o que conducen a los hombres a nuevas experiencias, vale también para los valores religiosos. El revolucionario pregunta al budismo, al cristianismo y al Islam sobre el peso político de su mensaje, y dirige su mirada sobre la acción que realizan en el mundo. Así, pregunta a la Iglesia: ¿aprueba Cristo las situaciones de privilegio y explotación? ¿o bien congrega a los desheredados para que juntos derroquen a los poderosos? El revolucionario no entra en las discusiones acerca de la verdad abstracta o neutral de esta o aquella idea.
Para él la verdad es fuerza, es el poder de una idea que despierta a quienes estaban subyugados por el prestigio de los poderosos. Es fuerza que desvela los mitos que encubren la injusticia.
¿Qué decir de los artistas que viajan al mundo interior?, ¿cómo consideran las ideas?
Mientras el revolucionario mide las ideas por su alcance político, el artista experimenta su capacidad de alimentar y desarrollar la conciencia humana. Su "verdad" es distinta.
Una obra, una poesía son "verdaderas" si posibilitan la apertura de nuevos espacios y dimensiones, y así queda enriquecida la experiencia.
Validez de una teología actual
Las teologías nos causan impacto cuando tienen una fuerza capaz de transformar favorablemente nuestro mundo interior y exterior. Las ideas teológicas no son un material de cultivo intelectual meramente especulativo. ¿Se enriquecerá la tierra por medio de las ideas? ¿se hará más justa, más interesante y menos aburrida, gracias a ellas? Si no es así, están de más: los pensamientos que no se ponen en contacto real con el mundo de los hombres merecen ser confinados al olvido.
Con otras palabras: nuestro tiempo quiere la encarnación de la verdad. El cristianismo sostuvo ya una larga y dura lucha contra la gnosis, de la cual salió finalmente victorioso.
Para los gnósticos, los valores y doctrinas son algo así como fantasmas descarnados flotando sobre el caos terrenal. Por esto, se alcanzaba la salvación cuando uno conseguía elevarse en la mística "gnosis" (= sabiduría), dejando de lado lo cotidiano. En nuestra época parece como si la cristiandad hubiera recaído en estas herejías gnósticas -que precisamente condenó oficialmente- y como si se preocupara de "valores eternos" desgajados de la cambiante inseguridad de la historia.
Este nuevo modo político de considerar la verdad explica el bostezo e indiferencia que provocan los intentos de algunos teólogos por hacer un cristianismo intelectualmente apetecible. El problema no es la aceptación intelectual. Hoy en día quien abandona la religión no lo hace porque encuentre el cristianismo poco convincente, sino porque le adormece y no le ofrece ningún estímulo. La gente se queja de que la liturgia y las discusiones teológicas sean pesadas. No escribe críticas sobre esto, pero se aleja de ello
El más duro ataque contra la Iglesia no evoca su oscurantismo, sino su cobardía, el que no viva desde su autocomprensión. Los creyentes que hoy nos inspiran son los que transforman el evangelio en acción. Digamos gente como Martín Lutero King que no sólo pidieron a la Iglesia que practicara lo que predicaba, sino que arriesgaron mucho por conseguir la justicia. El Papa Juan XXIII, durante su corto pontificado, consiguió convencer a millones de hombres de que en el cristianismo hay algo. ¿Cómo? No lo hizo trazando una brillante defensa de la doctrina cristiana -el papa campesino no era capaz de esos artificios-, sino que abrió el mundo actual al evangelio por medio de su estilo de vida: bendijo las fieras de un circo ambulante, visitó asesinos sentenciados en la cárcel de Roma, se rió de las pretensiones de la curia y de su propia infalibilidad, y convocó un concilio para discutir cuestiones que muchos consideraban intocables.
La teología realiza una continua reinterpretación de la fe. Pero los teólogos obtienen escasos resultados en este proceso de reinterpretación porque no se toman en serio las situaciones culturales. Tratan de adaptar la fe al mundo actual precisamente en el momento en que este mundo ha decidido transformarse en otra cosa. Intentan explicar la religión dentro de las fronteras de la razón, en el preciso momento en que los espíritus avanzados y proféticos de nuestros días se sitúan fuera de la actitud reverencial ante la razón tratando de adentrarse en el mundo de la profecía y del éxtasis. La religión podrá sobrevivir en el mundo moderno si contribuye al esfuerzo humano hacia un orden más justo y a una decisión de introducirse en la oscura profundidad de sí mismo.
Conclusión
Existe una profunda unidad entre el movimiento actual hacia la justicia y libertad sociales y la aspiración a una profunda autocomprensión de la persona. La transformación individual y la acción social no se pueden separar. La búsqueda interna y externa que conduce a muchos hombres a un esfuerzo inoperante o a un autodestructor abuso de drogas, debe emplearse de un modo efectivo y unirse en su intento común.
Esta es la misión de una teología política. Pero tal teología no tendrá éxito si sus ideas e intuiciones sólo son capaces de explicar y organizar. La teología debe hacer el esfuerzo de colaborar en favor del progreso humano y de la realización de la vida de los individuos. Hace ya demasiado tiempo que los teólogos sólo han interpretado el mundo.
Ha llegado el tiempo de transformarlo.
A Harvey Cox
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