miércoles, 18 de junio de 2008

El Hijo Pródigo



Poema del Hijo Pródigo

1
En Hermosa alegoría
De moraleja profunda
A un grupo que le circunda
Como ocurre día a día
Jesús, con sabiduría
Divina y lenguaje grato,
Después de hablar por un rato
En narración parabólica
Sobre una escena bucólica
Comienza un nuevo relato.

2
Y con tonos magistrales
Habla de aquellos cortijos
Y de un padre con dos hijos
Como figuras centrales.
Altos principios morales
Hacen el hogar dichoso
Y mas que eso luminoso
Porque aquel padre a los dos
Enseñó el temor de Dios
Como en todo piadoso.

3
Mas, compañías fatales
Que hacer el bien nunca aciertan,
En el mas chico despiertan
Apetitos mundanales.
Con torcidos ideales
Tras una aventura loca
Ante el padre no se apoca
Y al fin, resuelto y con arte,
Le dice: “Dame la parte
De la hacienda que me toca”.

4
Siente aquel padre una daga
Atravesándole el pecho
Mas no le niega el derecho
Aunque un gran daño le haga.
Ese mundo que le halaga
Quiere conocer mejor
Y parte el hijo menor
Sin pensar, mientras se aleja,
Que tras sus espaldas deja
Una estela de dolor.

5
De sus bienes se envanece,
Aun de su vistosa ropa
Cuando va a apurar la copa
De placer que se le ofrece.
Allá su bolsa decrece
Al cabo de unas semanas
Por las costumbres livianas
Que adopta en nuevos senderos
Entre amigos lisonjeros
Y atractivas cortesanas.

6
Al consumar su torpeza
De aquel continuo derroche
Su día se trueca en noche
Y su alegría en tristeza.
El hambre a azotar empieza
Aquella vasta región,
Y en su desesperación,
Cuando va a buscar abrigo,
No encuentra ni un solo amigo
Que le brinde protección.

7
Qué oscuro luce su cielo
Al verse sin agasajo,
Sin amigos, sin trabajo,
Sin dinero y sin consuelo.
Clavada su vista al suelo
Soliloquia con espanto:
“En medio de mi quebranto,
cuando carezco de pan,
mis amigos, ¿dónde están
los que me adulaban tanto?”

8
Nada remedia el lamento;
Lo único indicado ahora
Es procurar sin demora
Dónde encontrar el sustento.
Sabe que es malo el momento
Por la escasa producción,
Por su débil condición
Fruto de tantas orgías,
Y porque no hay garantía
Para su reputación.

9
Tras una lucha tremenda
Consigue aquel insensato
Empleo cuidando un hato
De cerdos en una hacienda.
¡Qué experiencia tan horrenda
Para el necio vagabundo
Que fue a recorrer el mundo,
A hacerse un hombre, a gozar,
Y ahora tener que lidiar
Con ese animal inmundo!

10
Y mientras va a apacentar
Aquella piara de cerdos
Le sobrevienen recuerdos
De su padre y de su hogar.
Allí podía disfrutar
De muchos manjares sanos,
Pero aquí en sitios lejanos
Donde como él muchos ruegan
Aun algarrobas le niegan
Pues son para los marranos.

11
“Sé que cada jornalero
De los que en mi casa están
Tiene abundancia de pan
Y yo aquí de hambre me muero”.
Piensa así el aventurero
Cuando el regreso concibe
Tras rodar por el declive
De la infamia y del pecado:
”Seré un nuevo asalariado
Si mi padre me recibe”.

12
Abandona el cochitril,
Su execrable empleo deja
Y regresa como oveja
Que se vuelve a su redil.
Cansado, enfermo, febril
Por largo camino avanza
Y un día ve en lontananza
El padre que llora y vela
Que se cumple lo que anhela,
Que se hace real su esperanza.

13
Inundado de emoción
Siente un gran ímpetu dentro
Del pecho y sale al encuentro
Del hijo sin dilación.
En el cielo hay conmoción,
Brotan lirios entre abrojos;
Y cuando el padre, de hinojos,
Al hijo besa y abraza,
El mozo de recia traza
Siente húmedos los ojos.

14
Macilento y desgarbado
Aquel que saliera un día
Con pomposa bizarría
Para volver enlodado
Dice: “Padre, he pecado
Contra el cielo y contra ti,
Y aunque he regresado aquí
No te pido ni te exijo
Que me trates como a un hijo
Pero apiádate de mí”.

15
Huelgan las explicaciones,
Con ternura las silencia
Y despeja su conciencia
De cargos y acusaciones.
Sus ropas hechas jirones
Presto renueva, y después
Adunando el interés
A sus amorosos tratos
Procura suaves zapatos
Para sus cansados pies.

16
Y como demostración
De amor perenne y sencillo
Pone en su dedo un anillo
Que es prenda de filiación.
Hay fiesta en su corazón
Por el hijo que ha llegado,
Así que ordena a un criado
Que sacrifique un torete
Y se prepara un banquete
Con un ternero cebado.

17
El hijo mayor regresa
Del campo de su labranza
Y al oír música y danza
Pregunta: “¿Qué bulla es esa?”
Todo le causa sorpresa
Al oír por los pensiles
Voces fuertes e infantiles
Y sonidos de trompetas,
Vihuelas y panderetas,
Pífanos y tamboriles.

18
Al quedar bien informado
Del motivo de la fiesta,
Se alarma, gruñe y protesta
Profundamente enojado.
A su padre que a su lado
Viene a mitigar su ofensa
Dice en su propia defensa:
“Yo siempre te he obedecido
Y de ti no he recibido
jamás una recompensa.

19
Mas, al volver de su viaje
Mi hermano que te ofendió
Y tus bienes disipó
Causándote grave ultraje,
Le brindas tal homenaje
Que pres y alabanza entraña.
¿Cómo tu razón se empaña
Que en pago a su torpe yerro
Le das el mejor becerro
Como aplaudiendo su hazaña?

20
¿Acaso no consideras
Que manchó tu augusta frente
De baldón cuando imprudente
Tu caudal dio a las rameras?"
Oye el padre las severas
Reprensiones del hijo mayor,
Y suavizando el rencor
Que lleva a tales deslices
Muestra las hondas raíces
De la fuerza de su amor.

21
"Escucha lo que te digo,
Hijo, aunque te redarguyo:
Todo lo que tengo es tuyo
Pues tu siempre estás conmigo.
Mas, si tu hermano a mi abrigo
Vuelve, aunque un día se fue,
¿no me regocijaré?
¿no he de hacer holgorio yo?
¡Muerto estaba y revivió!
¡Perdido andaba y lo hallé!"

22
Así sin más escarceos
Jesús su historia concluye
Y los prejuicios destruye
De escribas y fariseos.
Opuesto a los corifeos
De postura intransigente
Hace entender a la gente
Que el cielo goza de amor
Cada vez que un pecador
De su maldad se arrepiente.

23
Así apela a la conciencia
En la Biblia, excelso código,
La historia del hijo pródigo
Como solemne advertencia.
Ella revela en esencia
Un gran amor paternal
Puro, limpio, sin igual,
Perfecto e inextinguible;
Amor solo concebible
En el Padre Celestial.

Hugo Izquierdo

4 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
José Piñero dijo...

Querida sobrina, gracias por el ensayo. Seguimos de prueba.

Jhon Colmenares dijo...

Lindo poema, hacer ver lo bello, artistico y dinamico de las Escrituras.
Al pendiente de sus post..
Un abrazo

José Piñero dijo...

Hola Jhon, que grata sorpresa. En mi caso estoy aprendiendo a usar este servicio, y aunque no dispongo de mucho tiempo espero usar este medio para bendecir a quienes lo visitan. Dtb