miércoles, 22 de julio de 2009

Ante el fallecimiento de Argenis Duno diagnósticado con AH1N1

A la familia de Los Altos Mirandinos, y a los órganos competentes.

Saludos en el Nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo

Con tristeza somos testigos de cómo se añaden hoy, a las diversas causas de preocupación de la familia venezolana y altomirandina, el lamentable fallecimiento de Argenis Antonio Duno Salcedo, a quien se reporta en Los Teques como primera víctima mortal del temido virus gripal AH1N1, y a cuya familia nos unimos en el consuelo, la oración, y la esperanza de vida eterna en Jesucristo.

Este lamentable acontecimiento no sólo es motivo de alerta sino de reflexión para todos nosotros, y especialmente por las circunstancias que la familia de este joven padre trabajador viene a describir con indecible dolor e indignación. Ellos refieren como presuntos elementos determinantes en el desenlace fatal de la enfermedad de Argenis, el que fuera diagnosticado a más de dos semanas después de que contrajera el virus, y que estando en terapia intensiva desafortunadamente un accidente en el sistema eléctrico de la zona encontró presuntamente desprevenida a la clínica en que estaba Argénis, pues lamentablemente no funcionó la planta eléctrica de este centro asistencial, y nos refieren que tampoco la batería de los aparatos a los que estaba conectado como paciente, es por eso que la familia nos señaló con indignación lo que catalogan como una inexplicable negligencia que vino a tener este resultado fatal, y que por tanto esperan que estos acontecimientos sean debidamente investigados y que de corroborarse los mismos se sancione de una manera contundente y ejemplarizante al centro en cuestión.

Todo esto nos invita a reflexionar en la necesidad de concientizar a la ciudadanía y a los organismos competentes a que sin alarmismos nos aboquemos a la toma de medidas preventivas e informativas respecto al virus. Incluyendo en esto no sólo la prevención sanitaria, sino la supervisión estricta y a fondo del funcionamiento de los centros médicos públicos y privados que operan en el país, a fin de certificar su eficiencia y su preparación para atender a la amenaza pública que representa esta peligrosa enfermedad.

Por otra parte, es imperativo el llamado a los órganos competentes, a todos nosotros como familia venezolana, y especialmente a los profesionales y a los empresarios de la medicina, a considerar la vida como valor supremo por encima de las ganancias económicas, a que asumamos la solidaridad y el consuelo por quienes sufren, por encima de los temores y las indiferencias, pero sobre todas las cosas a que en oración pongamos nuestra mirada en Cristo (Dios con Nosotros), quien nos ama y nos invita a amarle a él, y también a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y que en la parábola del buen samaritano nos enseñó a identificar a nuestro verdadero prójimo como aquél que despojándose de la indiferencia se dispone a responder compasivamente acompañando y curando a quien enfermo y herido nos grita ayuda en medio de su silente sufrimiento.

Sigamos todos el ejemplo de Cristo.

Dios les bendiga.

Atte.
Rev. José G Piñero
Pastor del Centro Cristiano de Los Teques.


En Los Teques a los 22 días del mes de Julio del año del Señor dos mil nueve.

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