viernes, 31 de octubre de 2008

Influencia Socio-Histórica de Martín Lutero


La Reforma iniciada por Lutero fue un fenómeno histórico complejo, caracterizado, sobre todo, por el hecho de que al transformar la Iglesia, toco, en la situación de antaño, el eslabón determinante de un cambio profundo de la sociedad. En ella se expresaron tanto los esfuerzos burgueses por reformas, como también las protestas revolucionarias de las masas populares. El resultado dependía, en fin de cuentas, de la intensidad del movimiento insurreccional de las masas y de la correlación de fuerza de las clases dominantes.

Algunos han considerado la reforma protestante del siglo XVI liderada por Lutero como una gran revolución burguesa en aras del progreso social y la cultura mundial; sin embargo no es el mismo tipo de revolución burguesa que representó la independencia de los países americanos liderada por Bolívar; pues aunque la reforma tuvo una motivación religiosa, sus ideas no se supeditaron a lo exclusivamente teológico sino que marcó el inicio de la era moderna, de la libertad de conciencia, de los nacionalismos modernos, de la revolución educativa europea, de la exaltación de los valores culturales nacionales, del establecimiento de tradiciones progresistas con contenidos cristianos, entre otros.

De manera interesante, nuestro himno nacional expone una alianza de clases cuando declara “abajo cadenas gritaba el señor, y el pobre en su choza libertad pidió”[1], y esto es precisamente lo que sucedió en la reforma cuando el campesinado y los príncipes se aliaron para sacudir el yugo opresor del papado de la época y del poder temporal representado por Carlos V. La acción revolucionaria (en el mejor sentido de la palabra) de los campesinos, artesanos, educadores, eclesiásticos, intelectuales, artistas, y miembros de la burguesía, todos liderados por Lutero, hicieron progresar un esquema de desarrollo social que influiría en la cultura occidental. Con toda razón Federico Engels dijo: “La reforma protestante inició la mayor revolución progresista que la humanidad hubiera conocido hasta entonces; ella engendró titanes que por la fuerza de su pensamiento, pasión, carácter, universalidad, y erudición, no podía ser derrotada”[2]

Ahora bien, Lutero y su reforma tuvieron sus efectos más allá de los límites nacionales. Fue uno de los precursores de aquellos cambios con la que los estados alemanes y Europa entraron en la época de la caída del feudalismo y el inicio de las revoluciones burguesas. Lutero plasmó de manera decisiva, las ideas rectoras del siglo XVI. Y se puede decir que su influencia en el desarrollo es evidente todavía hoy.

En aquél entonces, artistas tales como Alberto Durero, Lucas Cranach, Matías Grünewald, Tilman Riemenschneider; literatos, sabios y humanistas, como Felipe Melanchton, Ulrico von Hutten, Erasmo de Rótterdam y muchos otros, trataron de liberarse de la tutela espiritual del feudalismo, de la influencia del pensamiento feudal e idearon una nueva imagen del mundo y del ser humano. El impulso concluyente para este acto liberador lo dio el monje Martín Lutero, casi desconocido hasta entonces, con la famosa proclama de sus tesis, en las puertas de la catedral de Wittemberg. Luego consecuentemente vemos como los racionalistas y clásicos alemanes hicieron suyo el contenido progresista de las enseñanzas de Lutero. Igual que la burguesía prospera, en general comprendieron a Lutero, muy independiente de la polémica confesional, como impulsor de la razón, la libertad del espíritu y el humanismo[3].

Con razón Johann Gottfried Herder, en sus cartas (sobre el progreso humanista), lo contó entre los grandes ejemplos del pensamiento humano y justo. Johann Wolfgang Goethe destaco expresamente el significado de Lutero para la libertad de pensar y razonar. Friedrich Schiller señalo, en sus escritos históricos, el espíritu revolucionario que partió de la Reforma de Lutero. La filosofía clásica alemana comprendió la Reforma como revolución del pensamiento. Luego, en las nuevas condiciones sociales, bajo la influencia de la revolución de 1789, los demócratas revolucionarios se respaldaron en Lutero como la personalidad central del primer levantamiento revolucionario de la historia alemana. Heinrich Heine considero a Lutero a pesar de sus aparentes contradicciones como el gran precursor inquebrantable del ideal progresista y racional, que proporciono a los alemanes, junto con la fuerza de su idioma, también el medio eficaz para su movimiento popular. Por esto, Lutero es reconocido no solo como la lengua, sino también la espada de su época[4].

En muchas declaraciones de Carlos Marx y Federico Engels se aprecia la obra histórica y progresista de Lutero y la Reforma. Así, Federico Engels comprendió las obras de Lutero como parte de la (revolución № 1) de la burguesía y la explico en los procesos legales de desarrollo, en la fase de la transición del feudalismo al capitalismo. Vladimir Ilich Lenin, menciono, igual que Federico Engels, la Reforma y la Guerra Campesina Alemana entre las “grandes revoluciones de las épocas antiguas”.[5]

Cuanto más podríamos reconocer de la vigencia del pensamiento de Lutero en los momentos más cruciales de la historia cuando por ejemplo encontramos como las aspiraciones conjugadas de conservar todo lo progresista en la historia alemana, de defender la paz y el desarrollo, reunieron en la noche del fascismo hitleriano a los comunistas, los socialdemócratas, los representantes de las Iglesias cristianas y a otras fuerzas de entonces, librando la batalla de la resistencia. Recordar a Lutero hoy día, incluye evocar también el valor de declarar su fe, el espíritu de sacrificio y la lucha de todos aquellos que, por su fe cristiana, lidiaron contra la guerra y la barbarie; hombres tales como: Dietrich Bonhoeffer, Paul Schneider, Martín Niemoller y muchos otros.[6]

Como hombre de la iglesia, que proporciono impulsos decisivos y eficaces a la teología y a la vida de las comunidades que se han mantenido hasta nuestros días. Lutero “influyo a su vez, de forma permanente, la historia del pueblo alemán, su idioma, y la cultura. No conocemos de escritor alguno del idioma alemán que haya llevado tantas veces al papel las palabras de Dios, Jesucristo y Espíritu Santo, como el Doctor de la Sagrada Escritura, Martín Lutero, y que lo haya hecho con tanta vivacidad, compromiso y lleno de experiencias teniendo en cuenta todos los aspectos de la vida”[7]. Y no se puede dudar de que él tratara, en todas las circunstancias, de dar fe de la libertad de la conciencia sometida a Dios, y de darle su justo valor a este conocimiento.

Al acercarnos al testimonio de vida y obra de Martín Lutero no se quiere apreciar al reformador como hombre grandioso, sino más bien familiarizar a las personas con su misión, con la concepción del misericordioso Dios en el Evangelio de Jesucristo, como idea vivificante para la sociedad. Definitivamente Martín Lutero no se ha considerado a sí mismo como hombre inocente y perfecto, pues él mismo se ha expuesto al juicio de los demás. Sus palabras celebres, expresadas ante la dieta imperial de Worms, concluyendo su replica al emperador: “Aquí estoy. Para mi no hay otra solución. ¡Dios me ayude! Amen.”[8], fueron expresadas reconociendo la posibilidad “de ser vencidas por testimonios de la Sagrada Escritura o por razones y causas publicas, claras”. Nos encontramos en coincidencia interna con el reformador al decir abiertamente lo que es, según nuestra opinión, un dictamen equivocado. Por otra parte es de destacar nuestra parcial coincidencia con quienes señalan a Lutero como un hombre medieval y eso lo demuestra en la literalidad con la que califica a sus opositores o a quienes le desacataron al considerarlos literalmente demonios, y tal fue el caso no sólo de Papas, Cardenales, o Principes y Reyes, sino incluso de algunos sectores de la intelectualidad de la época e incluso del campesinado. Luego es menester hacer un paréntesis obligado y recordar el tristemente célebre resultado de la rebelión campesina. A nuestro juicio Lutero que no calcula la fuerza y el poder de su discurso se convierte por un lado en el gran inspirador de la rebelión de los campesinos y no avizora a tiempo la conclusión lógica de su reflexión, el campesino alemán (acertada o torpemente) estaba dispuesto a llevar el discurso reformador a sus últimas consecuencias y por los medios que fueran necesarios, pero Lutero nunca tuvo en mente la subversión radical del orden político, sino su transformación divina y progresiva. Entiendo que en la mente de muchos pueda estar presente un pensamiento afín al dicho venezolano “después que se mata al tigre se le tiene miedo al cuero”. Sin embargo, la reforma Luterana es fundamentalmente religiosa y aunque ha de tener consecuencias políticas, económicas, sociales, culturales, intelectuales, y más, que no fueron calculadas en su totalidad por Lutero y por tanto todo lo que no se conformó a sus ideas fue combatido con la aplastante y contundente pluma del reformador, la misma pluma que para muchos trazó el camino, para otros hizo borbotar caudales de sangre, la misma pluma que trajo paz al corazón para otros trajo la guerra, (y lo innegable) esa fue la pluma y la acción que trajo libertad y cambió no sólo la historia de Europa sino la del mundo.

Hoy se reconoce a Lutero por sus extraordinarios meritos en el desarrollo de las culturas nacionalistas, por traducir la Biblia al idioma popular, por sus actividades literarias, por los decisivos impulsos que supo transmitir a las artes plásticas y a la música, al desarrollo de la enseñanza en las escuelas públicas.

Es interesante el aporte de Lutero en el caso de la educación pública, en una época en que las únicas escuelas eran los monasterios en los que se educaba sólo la clase dominante, y donde la educación para las clases obreras era considerada un extremo inaudito. Lutero comprendió que la nueva sociedad dependía del “verdadero” nuevo hombre que debiera ser formado con los valores de la fe cristiana fundamentada en la Biblia. La pasión por esta causa le llevó a convertirse él mismo no sólo en un reformador de la educación universitaria, sino (junto a su esposa la exmonja Catarina von Bora), en un maestro para los niños a quienes enseñaba elaborando juguetes, en paseos por los campos y en los espacios de su propia casa que convirtió en escuela.

Ahora bien, en aspectos más particulares de su obra se puede poner de relieve, la extraordinaria importancia de Lutero para el desarrollo del idioma alemán, por su genial obra creadora en el lenguaje; de él se destaca su dominio del lenguaje, la riqueza del vocabulario, la fuerza de expresión de las palabras, la cadencia y el ritmo de su lenguaje, que reflejan su talento musical. La famosa oración tomada de su carta (Carta sobre la interpretación) donde dice: “No hay que preguntarle a las letras en latín, como se debe hablar en alemán… sino preguntarle a la madre en el hogar, a los niños en las calles, al hombre común en el mercado, escuchar su voz, como se expresa y después interpretar. De esta forma ellos entienden y notan que se hable con ellos en alemán”[9]. Textos como este nos permite apreciar el esfuerzo y el trabajo detallado contenido en cada palabra de su traducción de la Biblia. Esta le dio forma, innumerables giros idiomáticos que pasaron a formar parte del lenguaje popular y se han mantenido hasta nuestros días.

También la poesía de Lutero es un resultado de su dominio genial del idioma. Esta fue modelo y línea rectora en los siglos XVI y XVII, así como su influencia en la música, las canciones de Lutero, al igual que su traducción de la Biblia, y su aporte creador en el campo idiomático, tuvieron gran acogida. Lutero y los músicos con quienes trabajo supieron encontrar la cadencia del pueblo, tanto que hoy día no pocos científicos comprueban que las canciones, en la revolución burguesa primitiva, en ocasiones surtieron un mayor efecto que la palabra, por todo esto se dice inclusive que el propio Juan Sebastián Bach tampoco habría sido imaginable en su gigantesca obra sin el aporte de Lutero[10].

La figura e historia de Lutero llena de polémicas y luchas sin número, se ha convertido en el ícono de ideologías políticas contradictorias entre sí, ha sido citado en las más profundas discusiones teológicas, filosóficas y sociales, tanto así que explicar este fenómeno aparentemente es complicado, sin embargo el caso es que el pensamiento de Lutero es sencillamente independiente, y por eso resulta tan controversial; él nunca trató de complacer a nadie; siendo cristiano se opuso con ferocidad a los abusos del papado (simonia, venta de indulgencias, nicolaismo, y otras herejías e inmoralidades) y esto generó la reaparición de esta suerte de cristianismo primitivo que fue la reforma protestante fiel ya no al papado sino a la Biblia, y por eso fue excomulgado. Martín Lutero fue totalmente opuesto a las idolatrías y supersticiones del catolicismo romano (cosa que le generó enemigos entre quienes se aprovechaban de la ignorancia del pueblo para sus ganancias), y al mismo tiempo se opuso decididamente a los grupos violentos que incursionaban en los templos romanistas para destruir sus objetos, cosa que le generó enemigos entre los últimos. Lutero respetó a las clases gobernantes, pero se opuso con irreverente valentía a los esquemas opresores de los dominadores lo cual le granjeó muchos enemigos entre la burguesía. Lutero inspiró y alentó las reivindicaciones sociales de las clases oprimidas, pero condenó la apuesta de los campesinos por una rebelión violenta que se escapó de las manos del mismo Lutero por lo cual se le acusó de traicionar a los súbditos de los príncipes. Este es el mismo Lutero que dijo: “El hombre cristiano es señor de todo y no se somete a nadie, pero el hombre cristiano es siervo de todos y a todos le debe honra”. ¿Contradicción? No ¿Equilibrio? Definitivamente si. Se trata de equilibrio, de una conciencia que no se negocia, de un razonamiento independiente pero sometido a la Palabra de Dios, de la vida de uno que fue solidario con los más necesitados pero no incondicionalmente como para permitir que las victimas se vuelvan victimarios. Esta es la vida y el aporte histórico de alguien que en definitivamente fue con todo compromiso y radicalidad fiel a Dios y a su conciencia.

Referencias
[1] Himno Nacional de Venezuela. Letra de Vicente Salias.
[2] Federico Engels: Introducción a “La Dialectica de la Naturaleza”. En Marx / Engels, Obras Escogidas, Tomo III, Moscú 1974, pág. 40.
[3] Hans Joachim Hoffman. Ministro de Cultura y Educación de la República Democrática Alemana. Discurso ante la Constitución del Comité Martín Lutero “Martín Lutero y nuestra época”. En la celebración de los 500 años de la Reforma Protestante. Berlín. 1980.
[4] Erich Honecker. Presidente del Consejo de Estado de la República Democrática Alemana. Discurso ante la Constitución del Comité Martín Lutero “Nuestra época exige una toma de posición por el progreso, el sentido común y la humanidad”. En la celebración de los 500 años de la Reforma Protestante. Berlín. 1980.
[5] Vladimir Lenin: La Gloria Bolchevique. Moscú 1954, pág. 23.
[6] Erich Honecker. Presidente del Consejo de Estado de la República Democrática Alemana. Discurso ante la Constitución del Comité Martín Lutero “Nuestra época exige una toma de posición por el progreso, el sentido común y la humanidad”. En la celebración de los 500 años de la Reforma Protestante. Berlín. 1980.
[7] Obispo. Werner Leich: Discurso ante la Constitución del Comité Martín Lutero “Él está junto a nosotros en la busqueda del sentido de la vida”. En la celebración de los 500 años de la Reforma Protestante. Berlín. 1980.
[8] Hans Pischner: La Dieta de Worms. Documentos de la Unión Cultural de la República Democrática Alemana. Berlín. 1978, Pág 73.
[9] Martín Lutero: Roma ladrona de nuestra fe, nuestra familia, y nuestro idioma. En Lutero Carta sobre la Interpretación. Ediciones de la Liga Socialdemócrata Alemana. Eisleben 1979, pág. 40.
[10] Peter Schereier: El Canto Popular de la Alemania del Siglo XV y XVI. Obras Escogidas Selectas de la Embajada, Tomo X. Desarrollo Cultura de Alemania, Berlín 1974, pág. 220.
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Nota de Frustración:
En mis días de seminarista, recibí como regalo una carpeta contentiva de casi todos los discursos y demás escritos que se citan aquí, tiempo después los presté confiadamente aprovechando antes solamente el material suficiente para la presentación de este sencillo escrito que hoy se publica al recordar el día de la Reforma Protestante. Se pudo obtener más, pero de momento el interés estaba en torno a este tema. Alguien me dijo una vez: “Hay dos clases de tontos: los que prestan sus libros y los que los devuelven”. Y aunque no haría tales categorías dicho así: “¡Seamos tontos todos!” (En el buen sentido de la palabra).

4 comentarios:

Daniel P dijo...

Sin duda alguna Martin Lutero ha sido y es una gran influencia a nivel mundial, no solo por la ser el gran reformador de la iglesia, sino por cada cosa que hizo en pro de la humanidad. podemos ver su influencia en los ambitos politicos, sociales, economicos y espirituales. relamente Luetro fue un genuino discipulo de Jesus, pues solo alguien que tiene una pasion en su corazon por Jesus puede hacer tales cosas de tan inmesas propociones.

IBRAHIM Y VANESSA dijo...

Esta es una muy buena publicación donde pudimos aprender mucho mas de la vida de Lutero, y esto nos lleva a imaginar la indescriptible pasión con la que este hombre se entrego a la obra de Dios donde con una muy firme y clara decisión fue capaz combatir intelectualmente a personas muy preparadas y también de unir sin imaginárselo a diversas clases sociales por un mismo fin, y todo esto solo por creer fielmente en el llamado de Dios para su vida. Esto es algo que nos lleva a reflexionar y ponernos en pie armados de pasión por la obra con el respaldo de Dios y demostrar todo lo que podemos lograr por el amor a Jesús. Porque así como Martín Lutero es digno de todo este galardón por seguir los ideales de Dios así nosotros también lo somos si seguimos los mismos ideales. Dios les bendiga mucho.

Enrique dijo...

lutero un gran lider y hombre de Dios, al transcurrir de los años se puede ver como este hombre tuvo una gran influencia el lo que refiere a una vidad llena de pasion y sobre todo en querer cumplir el sueño de Dios.el cambio adquirido y la independencia que la humanidad y el pueblo de Dios pude o puede disfrutar hoy dia es genuino y verdadero y sobre todo muy espiritual, realmente es un gran lider del cual podemos fijarnos y hasta ser imitadores. en querer buscar la paz y la armonia en todo tiempo. Enrique

Anónimo dijo...

Realmente hablar o escribir sobre Martín Lutero y sus noventa y cinco tesis nos resulta sorprendente en como tuvo que enfrentar diferentes situaciones de angustias y de muchas contradicciones para algunos en la época. Sin embargo este monje no muy conocido trajo el cambio para la época y hoy en día somos una consecuencia de ello, vemos como no solamente los cristianos lo vamos a recordar sino también muchas personas de la parte secular van a tener que citarlo por sus pensamientos humanos y su espíritu revolucionario. Y en lo particular me va a sorprender como Vladimir Ilich va hacer uno de esos tantos que lo va a mencionar: La reforma y la guerra campesina Alemana entre las “grandes revoluciones de las épocas antiguas”.
Esa famosa oración tomada de su carta donde dice que “No hay que preguntarle a las letras en latín, como se debe hablar en alemán sino preguntarle a la madre en el hogar, a los niños en las calles, al hombre común en el mercado, escuchar su voz, como se expresa y después interpretar.
De muestra la pasión de un hombre por las sagradas escrituras sin embargo sabemos que fue un hombre normal con errores y virtudes pero indudablemente con mucha pasión por la obra de nuestro Jesucristo.
Fue un verdadero deleite su escrito Pastor.