miércoles, 19 de noviembre de 2008

Nos basta con la Religión

Mitos de una Mala Teología Política (Parte 4)
Nos Basta con la Religión


MITO 4: Si el político se declara religioso esto es suficiente para hacerlo apto en la realización de su oficio.

Para esta reflexión asumimos que el funcionario público del que hablamos es un verdadero cristiano.
Creemos definitivamente que los cristianos tienen no sólo el deber ciudadano, sino bíblico de influir en la sociedad, y para ello la política no es un terreno a descartarse. Sin embargo es evidente que el deseo de algunos cristianos de que sean ocupados ciertos cargos públicos o espacios de poder, está motivado por un pensamiento constaniniano, en el sentido de considerar que si más evangélicos logran lugares estratégicos podrían lograr más beneficios para sus iglesias y para la proclamación del evangelio. A esto nos dice el teólogo Miguéz Bonino:
“Demasiado bien sabemos lo que ha significado (incluso para nuestra libertad de culto) el uso que ha hecho la iglesia católica romana de su poder político. No nos engañemos a nosotros mismos diciendo que nosotros no sufriremos esa tentación sino que todo lo hacemos para el avance del evangelio. Para eso nos bastarían nuestras iglesias. Si los evangélicos participamos en la política debe ser para bien del pueblo de nuestros países, no para obtener beneficios, para las iglesias más allá de la defensa de los elementales derechos de todos los ciudadanos.”
Tenemos quienes piensan que por ser creyentes los cristianos tienen una póliza de seguros contra la corrupción del poder y que la presencia de algunos creyentes en puestos de poder constituyen una garantía para la depuración del mundo político de sus demagogias y fraudes. Pero ¿Cómo creerlo cuando nada dicen de estos males en sus propios partidos y son los protegidos por los más terribles lobos del mundo político? ¿Puede esta teología populista y esta acción descomprometida con la verdad separarse de la coquetería con el mal y la traición de la justicia?
¿Nuestra acción cristiana en el escenario público apunta a los cambios de fondo o sólo de forma? ¿Sirve de algo cambiar la faceta religiosa del muñeco si el ventrílocuo es el mismo?
“No podemos dejar de tomar en cuenta que el poder mediatiza nuestra vivencia de la verdad y nuestro contacto con la realidad, y lo peor es que llega a evidenciarse la tendencia a que la fe se diluya hasta desaparecer cuando hay una radicalidad ausente en cuanto a los valores cristianos. Bien decía Otto Maduro: “Frecuentemente nos dejamos deslumbrar por el brillo del poder y tendemos a copiar, a imitar lo hábitos, valores, ideas, y teorías y, sobre todo, lo más superficial de todo esto: los gestos y las frases de los que están “más arriba”… Tomamos así prestado nuestro conocimiento de grupos cuya experiencia de la realidad es profundamente diferente de la nuestra. Y así nos relacionamos con nuestra realidad de maneras profundamente inadecuadas, irrelevantes, y alienadas”
La legítima participación política de los cristianos se debe interpretar entonces como una oportunidad de servir y subsanar las consecuencias de los graves problemas sociales. La preocupación no radica en las causas que generan la pobreza, la injusticia, el hambre, etc. Sino como mitigar esas realidades a través de obras sociales que se puedan promover desde el poder conquistado. El problema por otra parte radica en que se considere que el gran elemento capacitador es la religión descartando otros elementos de vital importancia. Al respecto Leonardo Boff dijo: “Para esta tarea no basta con tener fe, ser piadoso y poseer un corazón henchido de amor; se requiere también inteligencia y versatilidad intelectual”
O como dijera Miguéz Bonino: “Es también una ingenuidad creer que basta con ser honestos y bien intencionados para ser buenos cristianos en la vida política… Es necesario que sepa lo que hace. Con escasas excepciones no nos hemos preparado para eso. Claro tampoco lo han hecho muchos otros políticos, precisamente por eso, nuestra responsabilidad es mayor. Y requiere una doble tarea: por una parte tratar de comprender mejor como se relacionan el evangelio –la enseñanza bíblica, el mensaje de Cristo, la enseñanza apostólica, la experiencia de veinte siglos de la iglesia cristiana- con los temas y cuestiones que tiene que tratar la política. Por otro, la propia ciencia de la política, de las relaciones de poder de la economía. Si no lo hacemos resultaremos “idiotas útiles” (o tal vez peor, “inútiles”) de cualquier tipo de tendencia a la que nos afiliemos responsables de sus resultados”.
Hoy día algunos buenos cristianos tendrían que preguntarse cuánto bien le hace a la causa de Cristo y al pueblo al que pretenden servir convertirse en representantes de la continuidad de gestiones públicas que han sido pésimas, o declararse continuadores de una línea en correspondencia con quienes son violadores del estado de derecho, o validadores de causas cuestionables.

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No importa el color de los Zorros, cuando se trata de “Bernardo” uno sólo habla tan fuerte como veintidós.
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4 comentarios:

IVAN dijo...

Los tiempos han ido cambiando, la evidencia está en la historia del mundo, que nos cuenta todas las cosas, que han ocurrido y llevado al hombre en una escala evolutiva de pensamiento y acción, capacitándolo para adaptarse a todas las situaciones posibles que pudiera enfrentar.

La política ha tenido que desarrollarse a lo largo de toda la historia de la humanidad, como medida, para que las naciones y sus habitantes pudieran permanecer en el tiempo, en el hecho, que tanto pueblo como gobierno pudieran vivir en armonía, es decir, el pueblo recibe lo que quiere, y por consiguiente es capaz de mantenerse bajo el liderazgo del gobernante de turno, concibiéndose así lo escrito en Romanos 13.

Cuando hablamos de religión, las cosas parecieran tomar un curso diferente, la historia no nos lo oculta, tanto así que muchos aún tienen en su mente que política y religión van unidos de la mano, satanizando de esta manera las instituciones religiosas como las políticas, me pregunto ¿Quién tendrá la culpa de este pensamiento o paradigma?

Pero lo que no sabe el común de los mortales, es que la identidad evangélica fue moldeada en la Reforma Protestante, donde se colocó del dominio público el arma inequívoca para fortalecer nuestra identidad y valores ciudadanos, en un mundo conmovido por intereses personales y no del colectivo, estoy hablando de La Biblia, en cuyas páginas debemos al igual que en los tiempos de la Reforma, redescubrir nuestra identidad cultural, política, económica y social, hoy en el siglo XXI.

Comos evangélicos somos representantes del protestantismo histórico; el protestantismo busca retornar a las raíces cristianas, de quién nosotros somos fieles basados en: la Sola Fe, Sola Gracia, Sola Escritura, entonces debemos redescubrir nuestro papel en la historia y hacer valer el espíritu de la Palabra de Dios.

Definitivamente se han descontextualizados a través de la historia ciertos argumentos “evangélicos”, muy bien expresados en la serie “Mitos de una mala teología política”, bien lo dijo Pedro: “Más necesario es obedecer a Dios antes que a los hombres”. No basta creer que por religioso y/o evangélicos estamos inmunes a caer en la tentación del poder, obteniendo el pan sin Dios, o acercarse indiferentemente a las confesiones religiosas, aún cuando yo tenga mis propias convicciones, pensando que eso traerá imparcialidad o afinidad, como dijo Enrique IV “Paris bien vale una misa”, o como Pueblo de Dios no debemos protestar ante las autoridades. Si es cierto que Dios puso las autoridades, pero también puso el libre albedrío, ¿Será este el principio de todos los males, o el principio de todo lo bueno?, entonces se establece la clara situación que ni reyes, ni gobernantes, tienen una autoridad infalible, sí hubiera sido así, porque entonces le fue quitado el reino a Saúl, porque le cortaron la cabeza a Luis XVI, porque se han dado numerosos golpes de estados, y así otros episodios de la historia se han sucedido, gobernantes han caído y otros se han levantado, pero todo ha sucedido bajo la lupa de Dios, por cuanto han hecho lo indebido Dios los despoja de la autoridad que les dio para entregarla a otro mejor.

Como pueblo tenemos la espada, Dios nos ha dado el poder de decidir, y nos ha dado la habilidad de crear instrumentos para poder vivir bajo una autoridad humana en santa paz, y hago eco de lo que dijo el Pastor: “De modo que, en todo caso honraremos la autoridad de las “realezas” de nuestra era, al decir: “larga vida a la constitución nacional, larga vida a la democracia que mediante el voto es instrumento de Dios para poner y quitar ¡¿reyes?!, larga vida a la justicia autentica y al estado de derecho. Y si queremos dar a los gobernantes perpetuidad y carácter divino esperemos a que haya una monarquía o un reino con dimensiones eclesiásticas.....” Dios los bendiga.IVAN BERROTERAN

IBRAHIM Y VANESSA dijo...

claro esta que es necesario ser creyente y aferrase a la majistral autoridad de Dios, tambien es nesesario prepararse para hacer y tomar las decisiones adecuadas en cuanto al habnito politico se refiere estoy deacuerdo en que no cualquier cristiano puede ser un mandatario politico sino que el cristiano que desee ser debe tener en cuenta que su preparacion intelectual es un requisito absulta y extremadamente impresindible para que un cristiano pueda optar a un cargo de gobierno puesto que ambos conocimentos el de la biblia y el politico se tomarian de la mano para lograr la voluntad de Dios. ¿donde nos preparamos par esto? En la iglesia y en la universidad.

Yuxibeth de Manrique dijo...

Excelente articulo y como de costumbre excelente comentario de mi amado hermano Ivan.
En mi criterio, muy personal, no basta para mi que un representante político se proclame cristiano para que sea garantia de que su gestión es este plano estará exenta de la corrupción, abuso de poder o cualquier otra arbitrariedad que suele ser característico en el ámbito político.
El ser Cristiano y la buena intención no sería suficiente, tal y como lo expresa el articulo refiriendose a lo dicho por Miguez Bonino, conocer la preparación intelectual, el estudio, es importante, el resultado de acciones concretas en la práctica del oficio político es vital.
Si para mi ser testimonio, luchando a diario (con la ayuda del Espiritu Santo) para vivir bajo la obediencia de Cristo y marcar una diferencia en mi area de trabajo, en mi hogar y familia, incluso en mi iglesia, es una responsabilidad ante DIOS, cuan mayor es para aquel que aspira ocupar un cargo de poder politico y de influencia en las masas, pienso incluso que proclamarse de esa forma es indebido, ya que la naturaleza pecaminosa del hombre le hace vulnerable, es mas humilde reconocer esa condición, no vaya a ser que entonces en lugar de ser instrumento para la extensión del evangelio pretendiendo hacer buen uso de su poder, termine entonces ahuyentando al pueblo a conocer de Cristo y avergonzando la obra por algún mal testimonio, eso sin contar lo dificil que es agradar a todos, y que no todos tenemos la madurez para acepatar los errores de otros.
Ahora bien, seria para mi una bendición que los gobernantes y autoridades de mi nación, los cuales creo son puestos por DIOS con un própósito me guste o no, sean influenciados por el evangelio y por hombres que si se dedican exclusivamente al servicio de DIOS sin otras pretenciones, asi como nosotros aprovechamos los dones y talentos para el servicio de DIOS a beneficio del perdido o necesitado, este se aproveche de su autoridad dada en la Tierra para que con acciones y no con promesas se generen cambios a nivel social y cultural, donde creo que está la raiz de muchos males, y eso no es sencillo, pero siendo una nación, estado o región dirigida por una persona que tenga temor de Dios, quien puede decir que no es posible?, con la ayuda del Señor todo es posible.
En conclusión y aunque quizas suene contradictorio, pero es mi opinión, no me parece que un Representante Político se proclame Crsitiano con la intención de generar un efecto y arrastrar un grupo de gente esperanzada en el cambio, tampoco que lo esconda pero que lo demuestre con hechos en la practica sin necesidad de gritarlo, asi es más efectivo, pero si deseo que todos los gobernantes sean influenciados por la palabra la cual tiene poder y es la Verdad, el camino y la vida, tal como lo dijo nuestro Señor Jesucristo.
Mienstras tanto creo que somos responsable a que cada uno de nosotros hagamos lo que tenemos que hacer, predicar el evangelio y sembrar la semilla en cada persona, y asi poco a poco colaboramos con la restauración aunque no tengamos cargo politico en la tierra, porque lo que si somos es embajadores de Cristo y para ello tambien debemos prepararnos, estudiar la palabra, crecer espritualmente, tener experiencia y servir, servir y servir, para ser promovidos por Dios, porque de el es la Gloria.
Saludos mis amados hermanos, Dios les bendiga a ustedes y a mis pastores.
Yuxibeth de Manrique

Anónimo dijo...

Como està hno. Muy bueno su comentarioi acerca de los mitos politicos. en verdad estoy de acuerdo con usted pues me parece que no debemos mantenernoa al margen sde este tipo de cosas que acontecen en nuestro paìs y estamos en la obligacion de asumir una posicion que entodo momento glorifique a Dios y de claridad todos. espero poder seguir teniendo contacto con usted. Dios lle siga bendiciendo ricamente....
saludos a los hnos del seminario der mi parte.
Francisco Gonzalez