miércoles, 23 de julio de 2008

La intolerancia religiosa en México no sólo se extiende: también mata

El fenómeno de la intolerancia religiosa en el país crece y cobra víctimas, sobre todo en las áreas rurales e indígenas de México, aunque las grandes ciudades tampoco escapan a sus efectos. Hay 32 casos contabilizados oficialmente por la Secretaría de Gobernación en lo que va del gobierno del presidente Felipe Calderón, contra los 87 ampliamente documentados por diversas instancias evangélicas.
Un homicidio en la comunidad de Jomalhó, en San Juan Chamula, Chiapas, expulsiones, quema y destrucción de casas y templos, extorsiones, corte de servicios de agua potable y electricidad, marginación de los programas sociales y de apoyo contra la pobreza, amenazas, encarcelamientos, secuestros, impedimento para usar los panteones municipales y la negación del servicio escolar a menores forman parte de una larga lista de violaciones que la mayoría de las veces quedan impunes. Muchos de estos delitos son cometidos con la excusa de los llamados usos y costumbres de las comunidades indígenas, y casi siempre con el activismo de las autoridades locales, tanto civiles como religiosas. En un seguimiento de los casos de intolerancia religiosa en los primeros 18 meses del gobierno del presidente Calderón, la organización internacional La Voz de los Mártires, con sede en Washington, registró 87 casos de intolerancia religiosa. La pasividad de las autoridades federales ha obligado a diversas iglesias e instancias protestantes a denunciar estos hechos a escala internacional. El asesinato de Lorenzo López López, de 20 años, de la comunidad de Jomalhó, en el municipio chiapaneco de San Juan Chamula, forma parte de esas denuncias. Según la averiguación, un grupo de católicos comenzó a rodearlos y acusarlos de querer introducir "una religión no católica". Sólo sus acompañantes lograron escapar, mientras que Lorenzo López fue capturado por al menos 30 personas, quienes lo llevaron ante las autoridades locales para ser "juzgado" y la "sentencia" fue atarlo de manos, torturarlo, lapidarlo, sacrificarlo y finalmente sepultarlo en un lugar cercano. Aun cuando no se tiene un registro completo de los casos de intolerancia religiosa pero hay claras evidencias que demuestran la existencia de focos rojos, cuyas manifestaciones más violentas se presentan fundamentalmente en los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero. La Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, en su correspondiente diagnóstico en México, da cuenta en un apartado especial sobre intolerancia, discriminación y libertad de conciencia, de la gravedad de las violaciones a las garantías individuales, que adquieren "dimensiones preocupantes" en Chiapas, Oaxaca y Guerrero, pero donde también están presentes Michoacán, Hidalgo, Veracruz, Guanajuato y estado de México. Y aunque el mayor número de casos de intolerancia se presenta en las áreas rurales, las grandes ciudades también dan cuenta de este fenómeno.

Fuente: La Jornada. Redacción: ACPress.net

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es impresionante todas estan cosas que estan aconteciendo en Mexico donde asesinan hermanos en la fe. Oremos por Mexico para que DIOS traiga libertad y su misericordia.